A TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO


“Dios desea verte bendecida y con éxito en la vida, y Su Palabra te enseña cómo lograrlo”

Amada mujer del país que fueres, en este momento mismo que escribo, contemplo el mapa de todo Latinoamérica, desde Alaska hasta la Patagonia preguntándome: ¿“Señor que tienen las mujeres de estos países de especial”?

-silencio.

-“Su esencia, su origen”. Escucho una voz suave en lo profundo se mi ser.

A lo largo de mi caminar por la vida y las naciones me he encontrado con todo tipo de mujeres; fuertes, débiles, valientes, cobardes, protectoras, desvalidas, intelectuales e ignorantes. Todas ellas con una pequeña imperfección. Su vulnerabilidad emocional.

Las mujeres fuertes, tienden a ser a veces tan enérgicas que pierden el control y se convierten en iracundas, gritonas y mandonas.

Las mujeres débiles, son fáciles de manipular y engañar.

Las mujeres cobardes, sacan de quicio a cualquiera, temen a todo, dudan de todo y no se deciden por nada.

Las protectoras se hacen tan necesarias, al grado de fastidiar aún a los pequeños que no los dejan respirar un momento libres.

Las mujeres desvalidas, son incompetentes, improductivas y dependientes.

Las intelectuales confían en su propia sabiduría en tanto que las ignorantes perecen por falta de conocimiento.

Cuál es el tipo de mujer ideal? Te estarás preguntando.

El libro del Génesis nos describe a la mujer. No te vas a encontrar a una mujer ideal, pero sí una Mujer a la Imagen y semejanza de Dios. Sí has leído bién; a la imagen y semejanza de Dios.

El versículo 26 del Capítulo 1 del Libro del Génesis dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Vers. 27 y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Vers. 28. Y los bendijo Dios, y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Te recomiendo que leas todo el capítulo 1 y 2.

Observa algunas palabras claves: Imagen, semejanza, señoree, varón y hembra los creó, bendijo, fructificad, multiplicaos, llena, sojuzgad. Ahora analicemos cada una de ellas.

Cuando te miras al espejo, tu imagen se refleja en él. Tú eres el reflejo espiritual de Dios (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templaza.)

La palabra semejanza nos indica algo que se parece mucho a.

Te habrás preguntado ¿Cómo es Dios? ¿Cómo puedo parecerme a Él? El texto bíblico que hemos leído nos muestra a un Dios inteligente que ama, crea, otorga y da autoridad. En otras palabras Dios te ha equipado con atributos semejantes a él: Mujer inteligente, que ama, es creativa, bendice y es generosa.

Señorear: “Dominar o mandar en una cosa como señor. Apoderarse de una cosa y sujetarla a su dominio”. “Sujetar las pasiones a la voluntad”. Describe el Pequeño Larousse.

Date cuenta mujer del privilegio del cual estás dotada. No solo no debes temer a los ratones o a cualquier otro bicho que se mueva sobre la faz de la tierra sino que tú puedes sujetar tus propias pasiones (emociones) a tu voluntad. (Al sí, si. Al no, no.)

La escritura dice que “varón y hembra los creó”, “hombre y mujer los creó”, “masculino y femenino los creó”. Es como decir comercialmente hablando: “Contamos con el mismo modelo en color azul y rosa”.

El mismo reflejo, la misma semejanza, la misma capacidad.

En el momento que Dios “los bendijo”, es decir, les habla palabras de bien para su vida y les anima a todo lo bueno que pueden hacer en ella, además de otorgarles autoridad para gobernar. Fíjate que dice la escritura: “Fructificaos y Multiplicaos”. La palabra fructificar significa dar mucho fruto, en otras palabras ser útil en la vida. Pero además multiplicarse, es decir reproduce el amor, la paz, la fe (recuerda que fuiste creada a Su imagen) y demás belleza espiritual. Llena la tierra con Su imagen y semejanza, gobierna: primero tu vida, tus pasiones y todo aquello que tu mal procura. Y causa un tremenda influencia (sojuzgad) por donde quiera que vayas.

Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Dios ha venido a darnos vida y vida en abundancia.

Mujer Dios te ha creado con el firme propósito de que seas de bendición y para pregonar libertad a los cautivos, que des fruto al ciento por uno. Podrá separarnos la cultura, la división geográfica, pero nos une un mismo Espíritu, que es el Espíritu de Dios. Deja de ver tus defectos y limitaciones, ahora mantén tu vista fija en Su imagen y “multiplicaos”.

Recibe Bendiciones Abundantes.
Psicóloga Patricia Villanueva
“Vida de Éxito en Su Palabra”
Puerto Vallarta, JAL.
México.


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