Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas. Mateo 6:33 ... (Jesús) le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó
y le siguió. Lucas 5:27-28
BENEFICIO INMEDIATO O ETERNO
«Más vale
pájaro en mano que ciento volando». Este refrán se encuentra en varios idiomas
expresado de diferentes formas. Significa que vale más tener algo inmediato y
modesto pero seguro, antes que la promesa insegura de tener algo mejor en el
futuro. Partiendo de la constatación de que no podemos estar seguros de nada,
incluso de una palabra de honor, la sabiduría popular aconseja tomar lo seguro
sin esperar lo que uno desea.
Pero lo que es verdad en cuanto a los hombres,
no lo es en cuanto a Dios, pues sus promesas son seguras tanto para la vida
presente como para la eterna; y sería un grave error perder los bienes eternos a
cambio de placeres efímeros y pasajeros. Pensemos en el ejemplo de Esaú, el
hermano gemelo de Jacob; cansado de un día de trabajo, vendió su primogenitura
(su herencia y la doble bendición dada por Dios) para comer al momento la comida
que le apetecía (Génesis 25:29-34). Por el contrario, el autor de la epístola a
los Hebreos anima a los creyentes que habían sufrido con gozo el despojo de sus
bienes, sabiendo que tenían “una mejor y perdurable herencia en los cielos”
(Hebreos 10:34).
Dios da certezas: el perdón de nuestros pecados y un lugar
con Jesús en el paraíso. ¿Qué valor tiene la efímera satisfacción de nuestros
deseos frente a tales bendiciones? ¡Reflexionemos bien sobre nuestras
prioridades!
© Editiorial La Buena Semilla, 1166 PERROY
(Suiza)
Enviado por Nilda
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