La vida de una estrella


¿Qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? Eclesiastés 2:22



Dalida fue una cantante de fama internacional. Su carrera profesional fue todo un éxito, pero hace veinticuatro años puso fin a su vida, y dejó el siguiente mensaje: «La vida se ha vuelto insoportable, perdónenme». ¿Cómo explicar un final tan triste de una persona de origen modesto, que llegó a ser una estrella, adulada por las multitudes, y tenía todo el dinero que quería?
La Biblia nos enseña que el hombre sin Dios no puede ser realmente feliz. Somos más que un conjunto de moléculas organizadas que sólo necesita suplir necesidades físicas tales como el hambre y la sed, al igual que un animal. La felicidad del hombre depende de la relación que él mantenga con su Creador. Si no conozco a Dios, aunque exteriormente todo vaya bien, mi corazón estará triste, vacío de lo primordial. En cambio, si he descubierto a Jesucristo, primeramente como mi Salvador y luego como mi amigo, mi vida tendrá un cambio. Experimentaré una alegría que nadie me podrá quitar. Dios quiere darme una vida con pleno sentido.
“Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón; pero el hombre de bien estará contento del suyo” (Proverbios 14:13-14).
Además el apóstol Pablo escribió: “A los ricos de este siglo manda que no… pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo… que echen mano de la vida eterna” (1 Timoteo 6:17-19). Querido amigo, ¡Eche mano de esa vida!


© Editiorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
Enviado por Nilda

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