Anticonceptivos de emergencia.
Un informe de la Dra. Ana María Parini, asesora de ACIERA en temas de bioética sobre el mecanismo de acción de la denominada “píldora del día después”.
Con motivo de los acontecimientos que ocurren en forma cotidiana, y atentos a la necesidad urgente de informar y traer luz sobre este tema candente, la Dra. Ana María Parini –que asesora a ACIERA en temas de bioética– nos brinda un detallado análisis acerca de lo que significa “la píldora del día después”, para saber de qué estamos hablando y podamos reflexionar con conocimiento de causa.
La píldora del día después está compuesta de estrógenos y progesterona, o solo progesterona, que son las hormonas femeninas segregadas por el ovario por estimulación de la hipófisis –glándula alojada en el cerebro–, en dosis mucho más altas que las que se usan en los anticonceptivos habituales de toma diaria; casi triplica la cantidad que mensualmente se ingiere.
Como su palabra lo expresa, la toma se efectúa el día o los días inmediatos después; es decir, generalmente posteriores al momento de la probable fecundación. Para aclarar este concepto, señalamos que estas píldoras son ingeridas luego de una relación “peligrosa”, entendiéndose por peligrosa a la que tuvo lugar muy cerca o en la fecha probable de ovulación –por supuesto, sin que la pareja haya tomado medidas anticonceptivas– y, por lo tanto, hay serias posibilidades de un embarazo.
Entiéndase por ovulación el momento del ciclo menstrual que produce la expulsión del óvulo desde el ovario hacia el tercio medio de las trompas, donde puede o no ser fecundado por el espermatozoide. El día uno del ciclo menstrual, es el primer día de la menstruación, y la mitad del ciclo sería el día catorce en ciclos de veintiocho días; siendo ese día catorce el que se considera el de la ovulación. Cabe aclarar que los anticonceptivos de toma diaria, de mínimas cantidades hormonales, son anovulatorios –impiden la ovulación–; por lo tanto, impiden la formación de óvulos en el ovario.
En el caso de la píldora del día después, el mecanismo de acción es el siguiente: la gran cantidad de hormonas de su composición actúa sobre la mucosa uterina, y crea un ambiente hostil en el fondo uterino, que impide la implantación del embrión, el cual es expulsado del útero, produciéndose así un micro-aborto o aborto farmacológico. Se entiende que si no hubo fecundación no existirá ningún aborto, es decir no existe una vida engendrada, que es sagrada y es proyecto de Dios, propiedad de Dios y propósito de Dios.
La Administración sobre Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), aclara en el prospecto de estas píldoras, refiriéndose a su mecanismo de acción: “... además puede inhibir la implantación (alterando el endometrio)...”. El endometrio es la zona interna del útero, donde se implanta el embrión.
Para reafirmar el punto anterior podemos citar el libro “The Pharmacological Basis of Therapeutics”, de Goodman y Gilman, décima edición, del año 2001, página 1625. Refiriéndose al mecanismo de acción de las Píldoras Anticonceptivas de Emergencia, dice que pueden producir “... alteraciones en la receptividad del endometrio para la implantación...”. Cabe señalar que dicho libro sirve tanto como texto de estudio como de consulta en las Facultades de Medicina y cátedras de Farmacología de casi todo el mundo.
Además, entre los efectos adversos se mencionan: náuseas, dolor abdominal, fatiga, dolores de cabeza hasta migrañas, mayor sangrado menstrual y hemorragias intercurrentes, taquicardia, mareos, hipersensibilidad mamaria hasta tumores mamarios, vómitos, diarrea, etc. En el prospecto se aclara que no debe usarse en forma continuada, ya que el porcentaje de efectividad como anticonceptivo, que es del setenta y cinco por ciento, se ha calculado para uso único; y además el uso continuado durante el mes provocará graves trastornos en el estado general de la salud.
Es importante tener en cuenta que, debido a las altas dosis de hormonas del producto, puede acarrear graves problemas en la salud de las mujeres. Es decir, no es inocuo y esto no se dice. Todo lo expuesto tiene como objetivo que exista conocimiento acerca de qué estamos hablando, cuando desde el Ministerio de Salud en los distintos países desean hacer ver a este mecanismo como la solución mágica y la liberación absoluta, de una situación que mes a mes constituye una problemática de las mujeres en edad fértil; y lo que es todavía peor, de niñas, preadolescentes y adolescentes que también están incluidas desde el estado en estos programas de salud sexual y procreación responsable.
Es responsabilidad del Estado velar por la salud de los ciudadanos, pero es necesario que se nos informe bien de todos los procedimientos, no que se nos “vendan” verdades a medias. Hay una única verdad, que es Jesucristo; aunque no esté escrito explícitamente en La Palabra de Dios este tema, sabemos que a la luz de esa verdad podemos recibir entendimiento para saber si es bueno o no lo que nos ofrecen (ver 1 Corintios 10:23).
Ciertos datos farmacológicos han sido extraídos de un documento del Dr. Diez, jefe de Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Fuente: ACIERA online