Infancia dolida de miedos y azotes,
Juventud perdida en necios errores,
Existencia pobre sin pena ni gloria,
Solo de fracasos se nutre esta historia.
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Lágrimas, dolor y desengaños,
Y así ya pasaron muchos años.
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Hoy le ruego a Dios, al Dios poderoso,
Que extienda su mano y me de reposo.
Concédeme Padre, por Tu grande Amor,
Un otoño sereno sin tanto dolor.
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Que mi matrimonio lo llenes de paz,
Y a mis hijos vea delante de Tu altar.
Otoño sereno de apacible calma,
De fruto maduro y trasparentes aguas.
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Que a muchos conforte, aliente y bendiga,
Y en esta quietud de otoño sereno…
Sea toda la Gloria, para Ti Señor,
MI PADRE BUENO
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Autora: Mª Isabel Cazorla López
