Usa tus mejores facultades para dirigir



"YO SOY EL SEÑOR, DIOS TUYO, QUE TE ENSEÑA PARA TU PROVECHO..."

(Isaías 48-17)

 

En caso de que te estés preguntando si Dios quiere que prosperes, la respuesta es un "¡sí!" rotundo. Él les dijo a los israelitas: "Yo soy el Señor, Dios tuyo, que te enseña para tu provecho, que te encamina por el camino que debes seguir" (Isaías 48:17). Pero sólo triunfarás si sabes cómo hacer bien las cosas y así las haces. Toda empresa y todo ministerio crecerán sólo en la medida en la que crezcan sus dirigentes. Es increíble cuánto tiempo, dinero y energía gastamos en cosas que no generan crecimiento. Los logos, el sitio web, los folletos y los eslóganes son importantes, pero nunca contrarrestarán la debilidad de un equipo directivo incompetente. Entonces, ¿qué deberías hacer? Si sabes que estás andando conforme a la voluntad de Dios y que tu vida personal está en orden, las claves del éxito son dos: el orden de prioridades y la concentración.


Un conocido pastor y dirigente empresarial ofrece las siguientes pautas: 

1) Dedica el 70 por ciento de tu energía a desarrollar tus puntos fuertes.
Los líderes eficientes que alcanzan su potencial pasan mucho más tiempo en lo que hacen bien que en otras cosas donde no son tan buenos. 

2) Dedica  el 25 por ciento a la innovación.
Si quieres mejorar, tienes que seguir cambiando y perfeccionándote. Eso significa abrirte a nuevas áreas. Si dedicas tiempo a cosas nuevas relacionadas con tus mejores facultades, crecerás como dirigente. 

3) Dedica el 5 por ciento a áreas débiles.
Nadie puede evitar por completo trabajar en sus áreas débiles  (aquí no estamos hablando de pecados o de debilidades de carácter, las cuales deben ser tratadas). La clave está en delegar lo que no se nos da muy bien a aquellos más capaces. Así podrás concentrarte en las áreas donde ejerzas con las mejores facultades que Dios te dio.

 

Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday


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