El estar en el proceso de batalla, ya
sea por medio de la oración o la lucha por salir de una situación
complicada siempre es algo desgastante y hasta doloroso para quien lo
esta viviendo, y es que la preocupación, lo difícil de la espera y a
veces el sentimiento de impotencia ante lo que sucede son parte de los
factores que afectan y hacen aun mas difícil la situación, y es
precisamente lo que puede llevar a tomar la decisión de abandonar todo y
rendirse antes de tiempo.
Y es que en ocasiones a pesar de saber
que Dios tiene el poder para cambiar la situación en la que vivimos, le
damos más importancia a las cosas que suceden al rededor que al hecho
de que Dios está obrando, pues a veces es tanta la necesidad de recibir
la respuesta de Dios que desesperamos y comenzamos a dudar y a dejar que
todos los pensamientos negativos nos influyan y caemos en el error de
pensar, que Dios tal vez se ha olvidado de lo que le pedimos porque
vemos pasar el tiempo y como a nuestro parecer ya es mucho creemos que
es mejor dejarlo todo y nos rendimos, cayendo a si en el peor de los
errores.
Es muy fácil a veces darse por vencida,
porque el desgaste o cansancio de la lucha produce que las fuerzas se
agoten, es más fácil renunciar que soportar un poco más en paciencia,
ese sentimiento es muy común porque siempre con las pruebas y
dificultades hay dos opciones, luchar hasta el final que es la mas
difícil o rendirse en el camino por temor a sufrir una decepción.
Yo no se cual sea tu situación, pero si
de algo estoy segura es que si has orado a Dios, Él tiene todo en sus
manos, Él no te llevará a un lugar peor del que estas, no te va a dejar
olvidada a media prueba ni te dirá que hagas como puedas, sino que te
llevará de su mano en todo el proceso hasta que haya terminado todo y
puedas disfrutar de tu victoria.
Tal vez has estado a punto de rendirte
porque sientes que tu situación es mas fuerte que tu, o tal vez
simplemente ya te cansaste de luchar y no ver la respuesta, pero sea
cual sea el motivo por el que has sentido hacerlo, debes saber que tu
eres una hija amada de Dios y es tanto su amor que no dejará que tu
esfuerzo sea en vano, sino que te dará la fuerza y el valor para
continuar hasta el final.
En ningún momento la palabra de Dios nos
dice que no pasaremos momentos de dificultad, pero si nos da el aliento
para continuar con la seguridad de que de todo saldremos victoriosas,
como lo dice en Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”
T al vez en tu mente ha rondado esa idea de rendirte, pero si confías
en tu corazón podrás darte cuenta que no hay nada que preocuparte, no
hay porque pensar que todo está perdido.
Que tu decisión nunca sea el rendirte,
no cuando Dios te ha dado todo para ser una mujer valiente, fuerte y sin
miedos, a pesar de que el camino a veces parece largo, la recompensa
siempre esta mas cerca de lo que imaginas, solamente ¡no te des por
vencida!
Mira que te mando que te
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios
estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9
Autora: Maite Leija
Escrito para: www.mujerescristianas.org