“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.”
Proverbios 31: 30
De que sirve su hermosura, si no Te aman con ternura.
De que sirve su belleza, si no tienen Tú realeza.
Hoy entiendo Tú favor, enamoradas del Señor.
Hoy entiendo Tú favor, entregadas por amor.
Benditos Tus varones, que les das sus corazones.
Benditos Tus varones, encontraron sus amores.
Ellas son Tus consentidas, y alegran nuestros días.
Ellas son Tus elegidas, y complementan nuestras vidas.
Son las siervas del Señor, que Te alaban con ardor.
Son las siervas del Señor, movidas por amor.
Anhelan de Tú amor, pues claman con fervor.
Anhelan Tú presencia, pues muestran obediencia.
Conocen Tus veredas, que a su espíritu revelas.
Conocen Tus caminos, y recuerdas sus destinos.
Solo en Ella resplandeces, y mi alma estremeces.
Solo en Ella te he sentido, y por Gracia he recibido.
Derrama Tú favor, que sea Gracia del Señor.
Derrama Tú favor; temerosa del Señor.
Hermanitas: Son un regalo divino, bendito el hombre con el que compartan su fruto. Ciertamente conocen el significado de la pasión, excelencia y obediencia.
Me impresiona el coraje y valentía que muestran las mujeres cristianas en las pruebas. Mi vida ha sido tocada por sus corazones. Jamás pensé que una hermanita pudiera orar al Padre, diciendo:
“Quítame la paz, si no estoy haciendo Tú voluntad” o encontrar tanta excelencia y hambre de sabiduría en hermanitas mucho menores que yo. Y el amor con el que derraman su corazón al servicio de su Dios.
Hermanos: ¡Ganemos estos galardones. !
Autor: Richy Esparza