“En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid
Llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán
Como vástagos de olivo.
Tales son las bendiciones de los que temen al Señor.
Salmo3: 3-4.
Hace un tiempo me puse a investigar sobre las mujeres famosas de la
Biblia, encontré muy buenos ejemplos de sencillez y sumisión, pero a
la hora de tratar de identificarlas con algunas de nosotras, era
casi imposible hallar un paralelo entre sus virtudes y nuestros
defectos.
Por eso caí enredada entre las no ejemplares, las terribles y
astutas malvadas de la Biblia. ¡Que vergüenza! Ellas si tenían más
aproximación a nuestros testimonios.
¿Por qué sería que mi maestro de Escuela Dominical no me instruía
más sobre ellas? Creo que en mi niñez llegué a pensar que todas mis
heroínas eran además de increíblemente hermosas, perfectas en
carácter y testimonio.
Que poco sabía sobre Jezabel, Atalía, Dalila o Herodías, y que
similitud entre tantas famosas de hoy.
Pero ahora les prometí que les hablaría sobre el papel de la
conyugue, entonces sin querer queriendo, me volví a encontrar con
dos esposas famosas por su desatino, ellas no están dentro del grupo
de las heroínas dóciles, las manejables y delicadas, no, ellas en
realidad se consideran a sí mismas como normales y humanas, y por
eso mismo será que puede haber afinidad entre algunos de sus
deslices y los nuestros.
La esposa de Lot.
“¡Acuérdense de la esposa de Lot! El que procure conservar su vida,
la perderá; y el que la pierda, la conservará”. Lucas 17:32-33.
-¿Por qué ella esta entre la lista de las malas de la Biblia?-
-Más parece víctima que culpable-
Su único pecado pareciera que fue mirar atrás, y lo peor es que no
le quedó tiempo ni para la excusa: “fue sólo para despedirme” al
instante se quedó convertida en una estatua de sal.
La triste fama de la esposa de Lot está resumida en un verso que es
tan corto que ni siquiera menciona su nombre:
“Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y se quedó convertida en
estatua de sal”.
Gen. 19:26.
Podríamos decir que su pecado fue la vanidad, su arraigo por lo
material, su duda que en otro lugar estaría mejor que en la cálida
Sodoma, su incredulidad ¿sería verdad que sería destruida tan
importante ciudad? Pero todo esto fue más bien la consecuencia del
mal mayor: la desobediencia.
Las ciudades liberables de Sodoma y Gomorra tenían sus días
contados, dos ángeles de Dios vinieron a visitar a Lot para hacerle
saber que el juicio sería inmediato, los futuros yernos de Lot lo
tomaron a la broma e ignoraron el aviso, no le quedaba nadie más que
su esposa y sus dos hijas.
-¡Apúrate! Llévate a tu esposa y tus dos hijas ¡Escápate! No mires
atrás, ni te detengas.
La orden era clara, pero la esposa andaba por toda la casa buscando
que llevar consigo, ¿Qué huyamos hacia las montañas, y sin llevar
ropa, abrigos o botas?
Fue necesario ante tanto titubeo que los mismos ángeles los tomaran
de la mano y los sacaran por fin de la ciudad.
-”Y ahora, he tenido que obedecer a Lot, hace tanto frío aquí, a
quién se le ocurre, pudiendo haber usado la autopista, ¿por qué
subir al cerro? No tengo que comer, y encima, pobrecitas mis
hijitas, qué dirán de su loco padre, ahora encima se quedarán
solteronas, ¿y cómo es eso que lloverá fuego? no se ve ni un solo
rayo en el cielo, para mi que este Lot se volvió a equivocar, no si
yo ya decía, quién me manda hacerle caso, seguro que mis vecinas ya
se dieron cuenta que dejé la casa sin llave, ya se habrán metido, a
ver una sola miradita”-
Y no volvió a sentir nada más.
A la hora de evaluar nuestro papel de esposas debo considerar
primero como va mi ranking de obediencia, no sea que no te has dado
cuenta pero tus pies ya comenzaron a salarse. “Porque el que quiera
salvar su vida, la perderá; ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo
entero si se pierde o se destruye a sí mismo? Luc. 9:24-25.
La esposa de Job
“Su esposa le reprochó: ¿Todavía mantienes firme tu integridad?
¡Maldice a Dios y muérete! Job 2:9
Le he dedicado muchos devocionales a ella, aunque sólo están
registradas dos de sus frases célebres en la Palabra, bastó eso
para que su imagen sea perpetuada como lo opuesto a la esposa fiel.
Esta esposa parece que tampoco merece ser llamada por su nombre, así
como Satanás usó a Eva para hacer caer a Adán, una vez más el
maligno usa la misma provocación para que Job maldiga a Dios.
Levítico 24:10-16 El castigo que recibía el que se atrevía a
blasfemar contra Dios era el apedreamiento, Satanás buscó desde el
inicio de la prueba que Job insulte a Dios, pero ni la pérdida de
todo lo material, ni la muerte de sus hijos, ni siquiera su terrible
enfermedad lo llevaron a pronunciar maldición.
Sin embargo Satanás tenía el arma secreta: la esposa, ella le daría
a su leal esposo la estocada final.
-”Yo sé que es necesario que seamos probados, pero creo que esto ya
se pasó del límite, he perdido todo, y encima tengo que soportar a
este hombre que quiere seguir apostando por ser íntegro, ¡De que le
ha valido tanta honradez! ¡Job, mejor muérete y maldice al Dios que
te ha hecho esto!-
La dulce dama no arrancó de la lengua del fiel ni una maldición,
pero ésta pequeña mujer se quedó todavía con él para seguir
martirizándolo:
“A mi esposa le da asco mi aliento; a mis hermanos les resulto
repugnante”
Job 19:17.
Una esposa como ella, no es el sueño de ninguna futura suegra. Y
espero que tampoco tu “pequeñita” sea la pesadilla de ningún pobre
Job.
Si mis queridas hermanas, a la hora de pensar en estas bellas damas
que no son ejemplo de buenas actitudes, tenemos que reconocer que se
pueden aprender muchas lecciones mediante los perfiles de estas
personalidades, sus fuerzas y sus debilidades. Al describir un poco
imaginariamente sus pensamientos puedo enfocar más claramente mis
propios pensamientos. A veces parecemos ciegas, incapaces de ver
cual espejo lo que hacemos, como hablamos, cuanto gesticulamos.
Recién al meditar en la vida de otros como que la lamparita se
prende y dices: -Ahora me doy cuenta-.
Sólo he tomado estos dos personajes porque ellas me hablan bastante
de lo que no debo ser como esposa, la desobediencia y el mal genio
quizá no te parezcan evidencia suficiente como para provocar un
divorcio, Proverbios tiene más pinceladas de las esposas malas:
v Indiscreta.- Prov. 11:22 “Como argolla de oro en hocico de
cerdo es la mujer bella pero indiscreta”. I Pedro 3:1-4 La belleza
que Dios demanda no es la externa que consiste en adornos y vestidos
lujosos, ni peinados ostentosos, la hermosura incorruptible procede
de lo íntimo del corazón, ésta si tiene valor para Dios. ¿Quieres
ser íntegra? Es lo mismo de ser virtuosa, la esposa que tiene una
conducta considerada y sumisa engalanará su nombre de esposa, y
este adorno no será puesto en el hocico de un cerdo.
v Pendenciera.- Prov. 19:13 “La mujer pendenciera es gotera
constante”. Los sinónimos de peleona son: impulsiva, agresiva,
reñidora, insolente, cínica, desfachatada, bravucona, ofensiva,
etc. No hay santo que pueda tolerar por mucho tiempo a alguien así.
v Mal geniada.- Prov. 21:19 “Más vale habitar en el desierto
que con mujer pendenciera y de mal genio” Este tipo de esposa es
una calamidad, el hogar de ambos ha dejado de convertirse en un
pedacito de cielo y se asemeja más a el rincón del box.
v Gotera constante.- Prov. 27:15 “Gotera constante en un día
lluvioso es la mujer que siempre pelea. Quien la domine, podrá
dominar el viento y retener aceite en la mano”. Es difícil pensar
que una hermosa novia pueda tener tan mal genio y sin embargo muchos
esposos se dieron cuenta de este desastre demasiado tarde.
Pero alégrense mis amadas hijas, la Palabra de Dios no sólo da
detalles sobre las malas esposas, más bien nos da la clave para ser
la esposa perfecta. ¿Recuerdas el texto con que inicié este tema?
Léelo nuevamente por favor.
“En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas;
alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo. Tales
son las bendiciones de los que temen al Señor. Salmo3: 3-4.
Una esposa es como una vid, llena de uvas, es una bendición dada por
Dios a los maridos. Yo sabía que Eva fue tomada del costado de Adán
para ser su compañera y madre de sus hijos. Mi papel de esposa es
por lo tanto de complemento, ayuda idónea, fiel servidora y amiga.
El verso que acabamos de leer nos agrega un papel que nos ayuda a
vislumbrar mejor el valor de ser esposa, ella es una hermosa vid, en
Cantares nos dedicaron esta hermosa poesía:
“Cuan bella eres, amor mío, ¡cuán encantadora en tus delicias! Tu
talle se asemeja al talle de la palmera, y tus pechos a sus
racimos. Me dije: Me treparé a la palmera; de sus racimos me
adueñaré. ¡Sean tus pechos como racimos de uvas, tu aliento cual
fragancia de manzanas, y como el buen vino tu boca! Cantares 7:6-9.
Yo una vid, con talle erguido y llena de frutos, yo una bendición
que trae alegría al ser amado. La esposa es una bendición de Dios,
eso siempre estuvo en sus planes, el maligno buscó distorsionar el
plan eterno, pero Jesús nos ha vuelto
a dar la oportunidad de volver al camino correcto.
El profeta Ezequiel cuenta una hermosa alegoría acerca de una vid:
Había un águila enorme de grandes alas, tupido plumaje y vivos
colores.
Se posó sobre la copa de un cedro, y arrancó el retoño más alto, lo
tomó con amor en su pico y lo llevó a un lugar lejano pero rico y
allí lo plantó, cuando el árbol dio sus primeras semillas, tomó otra
vez estas pequeñas almendras y la llevó a un hermoso lugar, la
plantó en la mejor tierra, tan pequeña era, pero fue sembrada como
sauce, junto a abundantes aguas.
La semilla germinó y se convirtió en una vid frondosa, de pequeña
estatura, pero tupida y exuberante.
Ella estiró sus ramas hacia el águila con gratitud y hundió sus
raíces bajo sí misma.
Así se convirtió en una vid con retoños y generoso follaje.
Pero un día apareció otra águila grande, de gigantescas alas y
abundante plumaje, la vid dejó de mirar a su compañero fiel, la
majestuosidad del ave la deslumbró, entonces sin pensarlo, la vid
volvió sus raíces y ramas hacia el nuevo visitante:
-”Me dará más agua”- pensó ilusionada.
Quiso recibir más agua de la que ya tenía.
¡Había estado plantada en tierra fértil junto a aguas abundantes,
para echar retoños y dar frutos, y convertirse en una hermosa vid!
¿Prosperará esa vid? ¿El águila no la arrancará de raíz?
¿No le quitará su fruto y así la vid se marchitará?
Sólo un brazo fuerte podrá bastar para arrancarla de raíz y tirarla
al fuego, la ambición fue su debilidad, la ingratitud fue su
condenación.
Me he identificado como mujer con esta vid, el Señor fue mi águila
redentora, me tomó con cuidado, me puso un nombre único, me llevó en
sus labios y después de haber sobrevolado diferentes paisajes tomó
la decisión de plantarme en el mejor lugar, me puso aquí.
Su protección siguió siendo completa, me sembró en el mejor lugar,
me dio abundante agua, vigiló mis tiempos y me hizo crecer.
Entonces le prometí, nunca te dejaré, tú siempre serás mi amado.
Pero son demasiados los placeres que trajo el águila nueva, el
brillo del mundo alejó mis ojos de mi Creador, entonces él me dijo:
“Recuerdo el amor de tu juventud, tu cariño de novia, cuando me
seguías por el desierto, yo te planté como vid selecta, con semilla
genuina ¿cómo es que te has convertido en una vid degenerada y
extraña? Aunque te laves con lejía, y te frotes con mucho jabón,
ante mí seguirá presente la mancha de tu maldad”.
¿Cómo puedo intentar ser una mujer llena de virtudes, como puedo
aspirar a ser una esposa fiel si no empiezo siendo fiel al que me
dio la vida?
Ser fiel a mi Señor es estar pegada a él, permanecer a su lado,
dejar que pode mis ramas sacas, que abone mis raíces, que quite las
piedras que afean mi árbol, las hiedras que amenazan con ahogar mis
ramas.
El me escogió, me ha limpiado y me ha prometido que mi fruto será
abundante, pero el requisito que debo vigilar es no ser desleal a la
VID VERDADERA.
“Yo soy la Vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mi,
como yo en él, dará mucho fruto; separados de mi no pueden ustedes
hacer nada” Juan 15:5.
Esposas defectuosas hay muchas, esposas temerosas de Dios son
valiosas y tan escasas como las piedras preciosas, el secreto de su
virtud, ha dejado su papel de árbol frondoso y abundante, ahora es
un pámpano que vive, se alimenta y da fruto a través de la Vid
Verdadera.
¡Cuanto anhelo ser una buena esposa! Sencilla, servicial, sumisa y
esforzada. ¡Cuando deseo dejar de ser llamada gotera continua,
castigo de Dios, dolor de cabeza, fastidio constante.
Quiero sentir que realmente soy una bendición divina. Permanecer en
su Palabra, alimentarme de él, echar raíces en sus aguas frescas;
todo esto me convertirá en una verdadera discípula de Dios y
entonces la semilla que él escogió por fin dará el fruto que él
siempre deseó para mí.
Dios te bendiga
enviado por Andrea