Curiosidades sobre Pablo

Curiosidades sobre Pablo

Algunas veces nos preguntamos por qué Pablo (el apóstol) hablaba tanto de sí mismo en sus cartas (1 Tes. 1:2-3:13, Gál. 1:10-2:21, Fil. 1:12-26, 2 Co. 1:12-2:17) ¿Estaría Pablo jactándose de sí mismo? Aunque podría parecer que sí y de hecho esa era su intención, no era jactarse solo porque si. Tenía una razón lo suficientemente válida en esa época para hacerlo. En la época que Pablo escribió (entre el año 37 al 67 d.c. aproximadamente) existía una forma común de escribir cartas. Así como nosotros hoy iniciamos con saludos, introducción, cuerpo, etc.., en ese tiempo se utilizaban diferentes métodos para lograr el objetivo de la carta.
Por ejemplo; las cartas paulinas inician: “llamado a ser la iglesia de Dios que está en … ” (1 Co. 1:1-3)
Pablo escribía de esta forma porque en el Imperio Romano las cartas oficiales se distinguían por eso. Si no iniciaban con los títulos del autor (emperador romano, gobernador, etc.) no era un asunto oficial, por lo tanto su importancia disminuía.
Además en aquella época el carácter y la conducta del autor de la carta o escritor era sumamente importante para los lectores, esto les daba la autoridad para tratar asuntos delicados y dar consejos y enseñanzas, de lo contrario se pondría en duda la validez de lo transmitido por el autor.

PABLO
Un dato interesante es que en ese tiempo la lectura en sí de cualquier escrito no es como era hoy. Ellos y ellas debían leer EN VOZ ALTA SIEMPRE . No era una lectura privada y silenciosa, además no muchos sabían leer o podían acceder a los escritos, en este caso a las cartas de Pablo.

Imaginemos una comunidad de aquella época. 
1. Se reunían en la casa de alguien, probablemente en la noche. 
 2. Asistían desde judíos hasta gentiles (personas que no eran judíos de nacimiento), personas ricas y pobres, incluso esclavos y libres, así como patronos, amos, trabajadores, etc. 
3. No todos conocían de las escrituras del Antiguo Testamento (que pablo y otros citan algunas veces en sus cartas), de hecho la gran mayoría no sabía leer.
4. ¿Qué hacían? Alabar a Dios con cantos (probablemente), leer algo del Antiguo Testamento, analizarlo en su actualidad a la luz del mensaje de Cristo y celebrar la cena del Señor. Si tenían a mano una carta de algún apóstol, la leían probablemente como parte de su lectura en comunidad.
5. Al “leer y escudriñar las escrituras” (Hechos 17:11) se generaba entre ellos discusiones sobre el tema, qué debemos hacer, cómo debemos obedecer y actuar, etc…
Si leemos la Biblia como si fuera un espejo (viendo porqué escribió eso y no solo que dice), podemos deducir que habían personas que atacaban a Pablo, no solo en su mensaje sino también en su persona. Recordemos que esto era muy serio para ellos, porque entonces su mensaje perdía valor. Así que Pablo muchas veces se defendía por medio de estas frases autobiográficas o discursos sobre sí mismo.
Leamos Gálatas1:10-2:21 y pongámonos en el lugar de ellos por un momento. Recordemos porqué Pablo escribe como lo hace y qué quiere lograr.
Hoy es tan importante saber cómo era Pablo en su conducta y carácter como lo era antes, de lo contrario no sería el que es para nosotros, y sus mensajes no serían lo que son hoy. Su conducta nos llama a imitarle y a cuidar nuestra propia conducta para que los y las otras personas que nos vean puedan decir: “Si es cierto, esa persona tiene la autoridad para hablar del tema porque es coherente en su vida con ello”.

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