EL CLAMOR


Lo que pasa por tu mente, no siempre es bueno, no siempre es fe, no siempre es certeza, que todo saldrá bien, o que vencerás, o que alcanzarás tu bendición. La mente de una mujer puede ser más compleja de lo que parece, nosotras somos algo más que un bonito exterior, que una linda ropa, un lindo maquillaje, o un lindo peinado, ¡somos sensibles, somos emocionales!, y por ende somos muy pensativas, analizamos todo, y sacamos el trasfondo a todo lo que pasa en nuestra vida, eso hace que por nuestra mente pasen pensamientos negativos que no deberían pasar pero se cuelan en lo más profundo de nuestro ser, son pensamientos de derrota, de baja autoestima, de soledad, etc…

No siempre pensamos o actuamos por la fe, lamentablemente tenemos nuestras “bajas” en la fe, nuestro espíritu se carga de tantos pensamientos negativos que terminamos encerrándonos y clamando por dentro, nuestra alma grita y grita, pero nadie la escucha sólo tu, es ahí cuando empieza el más grave de los problemas: nuestro comportamiento cambia, ya no somos más aquella mujer que irradiaba luz, que trasmitía fe, que daba esperanza, que ayudaba a los demás sin esperar nada a cambio, no!!, ya no. Terminamos siendo una persona cansada, cargada, pesada, aislada, tratando mal a todos; y es cómo si quisiéramos llamar la atención o hacer pagar a todos por nuestra vida. Nuestra alma está en un constante clamor, todos los días te levantas y esperas que este día sea mejor o cambie algo, pero no pasa nada, al contrario todo empeora más y más.

¿Pero de dónde salieron estos pensamientos? se supone que somos de Dios, que aprendimos a usar la fe…. La naturaleza humana sigue en nosotras, la naturaleza humana siempre querrá seguir el mal, el ser humano por naturaleza le encanta el mal, entonces ¿cuál es nuestro deber? ir en contra de esta naturaleza, luchar contra esto, nuestra debilidad y nuestras “bajas” que sólo son consecuencia de que no estamos luchando con el mal, sino que nos unimos a este, ¿”si no puedes con el enemigo únete”? No podemos aceptar eso en nuestra vida. Nuestro enemigo sátanas no puede ser jamás nuestro aliado, no podemos unirnos a lo que tarde o temprano nos destruirá, esta ha sido y seguirá siendo la misión de él: destruirnos. Debemos aprender cómo mujeres de Dios a salir de este laberinto de emociones y sentimientos que sólo nos lleva a nuestra perdición, y a nuestra debilidad delante del mal, no podemos conformarnos ni dejar que nuestra alma clame por dentro, debemos pedir ayuda a Dios, debemos clamar a Él, deja de tragar todo lo que pase por tu mente, entrega esos pensamientos en manos de Dios. Hoy habla con Dios siéntate con Él, deja de lado hoy: el pedir lo material, sólo habla y desahogate con Él, Dios espera momentos contigo a solas, Él sabe por lo que estas pasando, pero también espera que tu misma demuestres que confías en Él contándole lo que sientes, derrama tu corazón a sus Pies, Él te ayudará, y te rescatara. El te librará del lazo del cazador… Salmos 91:3

Por: Mujer centro de ayuda espiritual.com

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