Es muy común que la mujer busque algún tipo de guía para su vida, tanto en el área profesional como en la sentimental, y hasta mismo en la elección de la mejor elección para los hijos.Cualquiera que sea la resolución, siempre es difícil, pues se tomamos una decisión equivocada hoy, ella nos afectará mas tarde.El pueblo de Israel también necesitó tomar una gran decisión cuando vivía esclavizado en el Egipto: o permanecería en la esclavitud o enfrentaba el desierto y sus peligros. ¡Optó por enfrentar el desierto! Y Dios realizó el sueño del Su pueblo, liberándolo de cuatrocientos años de esclavitud.Después de la decisión, aquellas personas se vieron delante de una cuestión: ¿Cómo sobrevivir al desierto? ¿Cómo sus hijos soportarían un lugar tan caluroso durante del día, y tan frío durante la noche?“Y el Señor iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.”
Éxodo 13:21-22
El propósito de la nube, durante el día, era guiar al pueblo en el desierto y también servirles de sombra, protegiéndolos. Ya la columna de fuego, durante la noche, iluminaba en la oscuridad y también calentaba.
Querida amiga, Dios no quiere solamente realizar nuestros sueños, sino también establecerlos. Y si el sueño es que su marido sea un hombre de Dios, Él la honrará.
El hecho de que ustedes pertenezcan a Dios no significa que su casamiento será un “mar de rosas”, pues esto depende de innumerables factores, incluyendo actitudes y comportamientos.Para que usted sea feliz de verdad, necesita tener al Espíritu Santo como aquella columna que guiaba a los israelitas en el desierto, para guiarla rumbo a la realización de sus sueños. El Espíritu de Dios es nuestra Guía.
Moisés, por ejemplo, era uno antes de la zarza, que ardía y no se consumía (Éxodo 3), y otro totalmente diferente después de ella. Cuando la persona es llena del Espíritu Santo, ella se torna una zarza ardiente. Su vida ilumina a todos a su alrededor, tornándose verdaderamente la “la luz del mundo”.
