Querido amigo(a):
Desde
el momento en que usted recibió al Señor Jesús como su Salvador, ha
estado en el camino angosto que lleva al cielo. En este camino, usted y
yo encontraremos a muchos otros cristianos que también van camino al
cielo.
Es
maravilloso tener a Jesús como nuestro Salvador, pero también debemos
reconocer que el camino al cielo no siempre es fácil. ¿Por qué? Porque
tenemos muchos enemigos.
La Biblia nos dice de tres grandes enemigos del cristiano—(1) el mundo,
(2) la carne y (3) el diablo.
¿Qué hacen estos enemigos?
Intentan hacernos pecar. Pero Dios ha hecho posible la victoria. En
esta lección vamos a aprender cómo podemos vencer a estos tres enemigos.
La Biblia usa la palabra “mundo” de varias maneras. Algunas veces se refiere a latierraque Dios ha creado. Otras veces se refiere a la gente que está en el mundo, como en Juan 3:16 donde la Biblia dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo”.
Un tercer significado se encuentra en 1 Juan 2:15 donde la Biblia dice: “No améis al mundo”.
¿A qué se refiere aquí la palabra “mundo”? Se refiere a las cosas
atractivas del mundo que Satanás utiliza para alejarnos de Dios.
Dios desea que le amemos
con todo nuestro corazón. Satanás no quiere que amemos a Dios, así que
utiliza las cosas atractivas del mundo para alejarnos de Dios y de Su
voluntad.
¿Cuáles
son algunas de las cosas que utiliza Satanás para alejarnos de Dios?
Puede utilizar la televisión, algunas películas, cierta clase de música o
alguna otra cosa que nos agrada.
Algunas de estas cosas
quizás no sean malas en sí mismas, pero si empiezan a tomar el primer
lugar en nuestra vida, llegan a ser pecado para nosotros. Si nos hacen
pasar menos tiempo en oración y en la lectura de la Palabra de Dios, o
por causa de ellas no asistimos a la iglesia el día domingo, entonces
son pecado para nosotros. La Biblia dice:
La Biblia dice en Gálatas 1:4 que Cristo “se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo”. Dios desea que venzamos al mundo y sus atracciones pecaminosas.
¿Cómo podemos vencer “al mundo”?
Vencemos al mundo al amar al Señor Jesús con todo nuestro corazón. El
mundo tiene muchas cosas atractivas y placeres pecaminosos, pero
realmente no satisfacen nuestros corazones. Sólo Cristo puede hacer eso.
¿Desea usted amar más a Cristo?
Entonces piense en Su gran amor por usted. Al pensar en cuánto Él le
ama y cómo sufrió y murió por sus pecados, usted le amará más y más. Y
si verdaderamente ama al Señor Jesús, amará las cosas de Dios y no las
cosas del mundo. La Biblia dice:
El
segundo gran enemigo del cristiano es la carne. ¿Qué es la carne? La
carne es nuestra naturaleza humana pecaminosa. Otro nombre para la carne
es el “Yo”. El “Yo” es lo que somos.
Para saber cómo somos en realidad, veamos cómo es el “Yo”.
El
“Yo” es muy orgulloso. También el “Yo” cree que es la persona más
importante del mundo. Al “Yo” le agrada que todos lo respeten.
El
“Yo” es completamente egoísta. El “Yo” vive para agradarse a sí mismo.
Siempre desea que las cosas salgan a su manera—no le gusta obedecer a
nadie.
El “Yo” nunca quiere reconocer que está equivocado. Siempre trata de echarle la culpa a otros.
El
“Yo” se ofende fácilmente. No le gusta perdonar a otros, sino guardar
rencor. Dios nos dice que debemos perdonar a otros, pero el “Yo” nunca
quiere obedecer a Dios.
Quizás
no le guste reconocerlo, pero ésta es la manera en que usted y yo somos
en realidad. El “Yo” ha estado en el trono de nuestro corazón.
Cuando recibimos a Jesús,
Él viene a vivir en nuestro corazón. Esto es hermoso, pero aún hay un
problema. ¡El problema es que el “Yo” no se fue! El “Yo” sigue viviendo
en nuestro corazón. Quizás usted ya haya notado que, aunque tiene a
Cristo en su corazón, sigue haciendo cosas que no debe hacer. La razón
es que el “Yo” sigue en el trono de su corazón.
Cuando el “Yo” está en el trono,
cometemos muchos pecados. Somos orgullosos, somos egoístas. Somos
desobedientes. Peleamos y nos enojamos. No nos gusta perdonar a otros.
Estos pecados lastiman el corazón del Señor Jesús. Dios desea que
tengamos victoria sobre el “Yo”.
¿Cuál es el secreto
de la victoria sobre el “Yo”? El secreto es tener a Cristo como el Rey
de nuestra vida. Debemos quitar al “Yo” del trono y poner a Cristo.
El Señor Jesús realmente tiene el derecho de ser el Rey de nuestra vida. ¿Por qué? Porque le pertenecemos a Él. La Biblia dice:
¿Cuál fue el precio que el Señor Jesús pagó por nosotros? Ese precio fue Su propia sangre. Él dio Su vida para redimirnos.
Ahora
¿a quién le pertenecemos? Le pertenecemos a Cristo. Él tiene el derecho
de ser Rey de nuestro corazón. Pero aun cuando Cristo tiene el derechode ser nuestro Rey, Él desea que le digamos que deseamos que Él sea el Rey en nuestra vida.
Cuando Cristo esté en el trono de nuestro corazón, tendremos Su amor, Su gozo y Su paz. No cometeremos los pecados del “Yo”.
Usted debe escoger
entre el “Yo” y Cristo. Debe decidir quién va a estar en el trono de su
corazón. Si escoge a Cristo como el Rey de su vida, entonces debe
obedecerlo.
¿Desea
que Cristo sea Rey de su vida? ¿Por qué no se detiene ahora mismo para
decirle a Él que de verdad lo quiere como su Rey? Aquí hay una oración
que usted puede repetir:
Recuerde, si Cristo es su Rey, debe vivir para agradarle a Él y no al “Yo”.
El enemigo más poderoso del cristiano es el diablo. También se le llama Satanás. La Biblia dice:
Cuando
usted recibió a Cristo como su Salvador, tomó un paso que no le gustó a
Satanás. Usted lo dejó a él y se unió a los que confían en el Señor
Jesús. Satanás sabe que no puede impedir que usted llegue al cielo, pero
hará todo lo posible para tentarlo y hacerlo pecar.
¿Cómo nos tienta Satanás?
Nos tienta poniendo malos pensamientos en nuestras mentes. Lo puede
hacer él mismo, o puede usar cosas como películas, la televisión o
revistas y libros sucios.
Satanás
le tentará con la inmoralidad y con los pecados sexuales. Quizás le
tentará con drogas o alcohol. Sabe que estas cosas destruirán su cuerpo y
su mente.
Satanás tiene otros métodos
para atacarlo. Cuando usted peque, Satanás intentará hacerlo pensar que
Dios está enojado con usted y que no le perdonará. Satanás intentará
hacerlo dudar de su salvación. Satanás intentará desanimarlo y hacerlo
sentirse temeroso. ¡Satanás es un enemigo terrible!
¿Podemos derrotar a Satanás
con nuestras propias fuerzas? No, no podemos. Él es demasiado poderoso
para nosotros. Pero hay buenas noticias, ¡Cristo ya ha derrotado a
Satanás!
Cuando
Cristo murió en la cruz, Satanás pensó que había ganado una gran
victoria. Pero Cristo no quedó en la tumba—¡Él resucitó de la muerte! El
Señor Jesucristo fue victorioso sobre Satanás y todos los poderes de la
oscuridad.
Puesto
que Cristo es nuestro Salvador y nosotros le pertenecemos a Él,
compartimos Su victoria sobre Satanás. La victoria de Cristo es nuestra
victoria. El Señor Jesús nos ha librado del poder de Satanás.
No hay por qué tenerle miedo a Satanás. ¿Por qué? Porque Cristo vive en nosotros, y es más poderoso que Satanás. La Biblia dice:
¿Qué
significa este versículo? Significa que Cristo es más poderoso que
Satanás. Cristo vive en nosotros para darnos victoria sobre las
tentaciones de Satanás.
El secreto de la victoria sobre las tentaciones de Satanás es saber que Cristo vive en nosotros y confiar en Él para darnos la victoria.
Una niña había aprendido este secreto y dijo:
¿Cuál
fue el secreto de esta niña? Fue esto: ella reconoció que Cristo estaba
viviendo en su corazón y confió en Él para darle la victoria sobre las
tentaciones de Satanás. Debemos hacer lo mismo.
Satanás quizás nos tiente, pero no puede obligarnos a pecar. Podemos decir: “¡No!” a Satanás. La Biblia dice:
¿Qué sucede si pecamos? ¿Qué sucede cuando pecamos? ¿Tiene un plan Dios para Sus hijos cuando pecan? Sí, y se encuentra en 1 Juan 1:9:
¿Qué dice este versículo? Que si confesamos nuestros pecados a Dios, Él nos perdona y nos limpia.
¿Qué debemos hacer cuándo pecamos? Primero debemos confesar ese pecado a Dios, y luego debemos creer que Dios nos perdona.
Confesar
un pecado significa que reconocemos eso mismo—que es pecado. No debemos
intentar justificarlo con pretextos. Si mentimos, necesitamos
confesarle a Dios que hemos mentido. Si nos enojamos, debemos confesar
esto a Dios. También debemos arreglar las cosas con los demás. Después
de hacer esto, debemos creer que Dios nos ha perdonado.
Dios
quiere que tengamos la victoria en nuestras vidas. Entre más aprendemos
a confiar en el Señor Jesucristo y a obedecerlo, más podremos decir:
“¡No!” al mundo, la carne y el diablo. Dios nos da la victoria a través
de nuestro Señor Jesucristo. La Biblia dice:
fuente: http://ubdavid.org