"SED TRANSFORMADOS MEDIANTE LA RENOVACIÓN DE VUESTRA MENTE" (Romanos 12:2 CST)
La
imagen que tenemos de nosotros mismos se va formando por lo que vemos
en los padres, profesores y otras figuras modelo. Cambiarla no es fácil
ni se logra por inspiración (ni por esfuerzos), sino dejando que el
Espíritu Santo nos transforme. ¿Cómo? "Mediante la renovación de [nuestra] mente"
(Romanos 12:2 CST). Un pastor, rememorando cuando sus hijos eran
jóvenes, dijo que una vez jugaban con un camioncito que venía con los
sonidos del rechinar de las llantas y del rugir del motor. "No estaba
muy atento porque me estaba relajando tras un día intenso. Distraído,
eché un vistazo y me di cuenta de que ahora el camión era un avión y lo
estaban haciéndolo aterrizar en una pista imaginaria. '¿Qué ha pasado
con el camión?', les pregunté. 'Papá, esto es un
transformer. ¡Se puede transformar en lo que queramos!', explicaron".
Dios creó el primer transformer. Creó al hombre de tal manera que después sacó a una mujer de él. De un acto de creatividad, Dios transformó al hombre en un matrimonio, el matrimonio en una familia, y la familia en una sociedad. Nunca volvió a tomar el polvo de la tierra porque puso la capacidad de transformación en el hombre. Dentro de tu espíritu hay gran potencial. Y para los cristianos, la máxima transformación se consigue concentrándose en el ser interior. Dios colocó ciertas cosas en ti que debes dejar que salgan afuera... y cuando estés cansado de depender de tus propios recursos, permite que Él libere en ti el poder de convertirte en lo que necesites ser'. "Pero a todos los que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios" (Juan 1:12 NTV). Cristo nos da la fuerza de salir del molde que nos constriñe y nos transforma en el ser que Dios quiso que fuéramos.