Romanos 4:15
... La ley produce ira; pero donde no hay Ley, tampoco hay transgresión.
Pensamientos del Día:
Leí
una historia una vez de clientes en un hotel que echaban hilos de
pescar desde sus balcones al lago abajo. Por sí mismo esto no era un
problema excepto el restaurante del hotel extendido debajo de los
balcones a lo largo de la costa del lago. Estoy seguro que usted
entiende la preocupación de los comensales cuando los frescos peces
agarrados eran enrollados desde el lago a los balcones encima de sus
cabezas. Un asesor fue finalmente llamado para examinar el problema y
hacer algunas recomendaciones. Las dos preguntas primarias que le
hicieron fueron: "¿Cómo podría el hotel hacer cumplir la regla de no
pescar? y " Qué penalidades deberían ser asignadas a los clientes por
violar la regla?" Su respuesta: Quite las señales "No Pescar" de todos
los balcones.
Sin la prohibición, a los clientes nunca se les ocurrió pescar desde
sus balcones - problema solucionado.
Pablo explica en nuestro pasaje de hoy, "Antes de la Ley no hubo transgresión; pero una vez dada la ley - cualquier transgresión merecía castigo." A diferencia del asesor del hotel, la solución de Dios no es eliminar la Ley - Su respuesta es Jesús. La vida de Su Hijo ofrecida como sacrificio y pago por todas nuestras transgresiones - un acto de amor inmensurable. En vez de quitar la prohibición, Dios decidió quitar el pecado.
Pablo explica en nuestro pasaje de hoy, "Antes de la Ley no hubo transgresión; pero una vez dada la ley - cualquier transgresión merecía castigo." A diferencia del asesor del hotel, la solución de Dios no es eliminar la Ley - Su respuesta es Jesús. La vida de Su Hijo ofrecida como sacrificio y pago por todas nuestras transgresiones - un acto de amor inmensurable. En vez de quitar la prohibición, Dios decidió quitar el pecado.
Preguntas para Reflexionar:
¿Qué
ha hecho usted que merece castigo? Por naturaleza somos transgresores
de la ley, y yo estoy personalmente agradecido de que Dios ya no cuenta
mi pecado contra mí. ¿Y usted? ¿Ha estado usted viviendo en libertad? ¿O
todavía está atado por los vestigios del pecado? ¿Qué le tomará
expresar la libertad que Dios nos ofrece a través de Jesús?