Yo hago una distinción entre rezar y orar, aunque dichas palabras son sinónimas. Sin embargo el término "rezar" se usa mucho para indicar la repetición de palabras memorizadas. Por esta razón prefiero usar el término "orar", que a mi modo de ver expresa simplemente "hablar con Dios". Personalmente le diré que yo acostumbro a orar a Dios muchas veces durante el día, porque Dios es mi amigo; y aun más, El es mi Padre espiritual.
No hay una fórmula especial para hacer oraciones a Dios, ya que la oración debe expresar en forma genuina lo que nuestro corazón siente y desea, usando palabras que conocemos. La oración es simplemente una conversación con Dios, así como cuando conversamos con nuestro mejor amigo o con alguien con quien tenemos mucha confianza.
Lo esencial, sin embargo, para tener comunicación abierta con Dios, es ir estableciendo una amistad personal e íntima con El, y esto se obtiene cuando ponemos nuestra vida voluntariamente en las manos de Cristo. Cuando Cristo viva en nosotros, será más fácil conocer mejor la voluntad de Dios, y de esa manera podremos orar y pedir lo que consideramos está de acuerdo a Su voluntad. Jesucristo es el puente que nos lleva al Padre celestial; así lo expresó El mismo en el evangelio de San Juan capítulo 14:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí".
Santiago capítulo l dice:
"Si a alguno le falta sabiduría, pídasela a Dios y El se la dará. Pero pídala con fe, sin dudar nada".
Por otra parte, en 1 Juan capítulo 5 leemos:
"Sabemos que si le pedimos algo a Dios conforme a su voluntad, El nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido".
Como usted ve, la oración que Dios contesta es la que pedimos conforme a su voluntad.
Para conocer la voluntad de Dios debemos empaparnos de su Santa Palabra, es decir de la Biblia. También hay que pedir con fe. Santiago capítulo 4 declara:
"Pides y no recibes porque no sabes pedir, ya que pides para gastar en tus deleites".
Por último, hay que pedir en el nombre de Cristo y en ningún otro nombre. Así lo dijo Jesucristo en San Juan capítulo 14:
"Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".
Jesucristo es el único mediador e intercesor asignado por el Padre Celestial para llevar ante Dios Padre nuestras súplicas y oraciones de alabanza. 1 Juan capítulo 2 asegura:
"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo".
Comience a orar a Dios en el nombre de Jesús y de acuerdo a Su voluntad, que se encuentra en la Biblia.

Por Luis Palau

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS