Descripción del espíritu de manipulación y control.
Todos somos vulnerables a ser influenciados ocasionalmente por este espíritu controlador. ¿Estamos preparados para enfrentarlo?
Era
una era de apostasía. Una nación a la que Dios había llamado a ser suya
le había vuelto la espalda. Cambiaron su adoración a Dios por los
ídolos de un pueblo que alguna vez habían conquistado en su nombre. El
rey que gobernaba Israel era hijo de un hombre que había ganado el trono
por medio del asesinato. Su nombre, Acab, iba a convertirse en sinónimo
del mal.
Detrás
de la corrupción del trono de Acab estaba una mujer: Jezabel. Ella
esperaba expandir su poder al casarse con Acab, y llevó destrucción
sobre los israelitas. Esta destrucción vino por medio de su fanática
devoción a los dioses falsos: Baal, deidad masculina del poder y la
sexualidad, y Astarot, diosa femenina de la fertilidad, el amor y la
guerra. Los rituales para Baal y Astarot implicaban depravadas y
licenciosas prácticas sexuales, y abominaciones. La adoración de estos
ídolos apelaba a los elementos bestiales y materiales de la naturaleza
humana.
En
contra de esta apostasía, Dios levantó al profeta Elías, que desafió a
Acab y destruyó a los profetas de Baal en el monte Carmelo. Como
contrapartida, Satanás levantó a su mensajera para intentar silenciar la
voz profética de Dios. Se trataba de la esposa del rey Acab,
Jezabel.Nosotras también vivimos en una era de apostasía. Nuestra
sociedad le ha dado la espalda a Dios. El pecado ha infectado al cuerpo
de Cristo y a sus líderes. Pero, en medio de la increíble decadencia y
depravación de nuestra época, Dios levanta a una generación profética.
Esta
generación llevará el espíritu de Elías. Será ungida para realizar
señales y milagros, y obtener grandes ganancias para el reino de
Dios.Así como lo hizo desde el principio, Satanás levanta una fiera
oposición contra esta generación profética. El enemigo siempre ha
tratado de silenciar las voces proféticas de Dios y de abortar la
oración intercesora. Una vez más, su nombre es Jezabel: una fuerza
espiritual diabólica que trata de engañar, manchar y destruir a las
autoridades de Dios.
Un
“espíritu de Jezabel” es un poder espiritual que tiene influencia en
todo el mundo. No es simplemente un demonio que posee a un individuo. Es
un poder demoníaco de los lugares celestes que trasciende límites
geográficos específicos, y puede afectar a naciones enteras. Sea cual
fuere la región en que ingrese este poder, se une al principado que
gobierna en ese territorio y colabora con él. Los poderes de Jezabel
obran en conjunción con los principados y potestades que atormentan a
las personas (Efesios 6:12).
Estos
poderes demoníacos incluyen los espíritus de religión, manipulación,
control, lujuria, perversión y ocultismo. Estos espíritus operan
–generalmente– en conjunción con un espíritu de Jezabel para construir
fortalezas en la mente de una persona. Cuando se establece una fortaleza
de Jezabel en la mente de una persona, yo llamo a ese hecho “caer bajo
la influencia de un espíritu de Jezabel”. En ese momento los procesos
racionales de la persona comienzan a deteriorarse. Sus pensamientos y
acciones se distorsionan.
Para
los que están familiarizados con las computadoras, podríamos decir que
la computadora de su mente ha recibido un virus que hace que responda a
los datos de una manera no lógica. Ese virus corrompe, desvía y
distorsiona toda la información que es recibida a partir de ese momento.
Una fortaleza de Jezabel está programada para manifestarse cuando se
“aprietan determinadas teclas”: cuando se producen determinadas
situaciones. El virus también influye sobre la actividad de otros que
estén en red con esa “computadora”.
Un
programa antivirus alerta a la computadora de que existe un virus que
opera de manera contraria a las leyes del programa para el que fue
diseñada. El antivirus le dice a la computadora cómo reconocer el virus y
destruirlo. Para operar de manera eficaz, es posible que la computadora
deba ser reprogramada con datos nuevos.
Esta
ilustración es un dramático paralelo de lo que sucede en el Reino
cuando una fuerza extraña se descarga sobre una iglesia. Su meta es
desconectar y destruir personas, ministerios y a toda la iglesia.Todos
somos vulnerables a ser influenciados ocasionalmente por este poder
controlador y manipulador. Todos tratamos de controlar a los demás.
Cuanto más tiempo una persona obra de manera controladora y manipuladora
sin arrepentirse de ello, más fuerte se vuelve ese espíritu.
El método fundamental para relacionarse con los demás y obtener el control, será a través de este espíritu.
Aunque
las ilustraciones que nos da La Biblia sobre Jezabel son de mujeres,
este poder demoníaco no infecta solamente a personas del sexo femenino.
Sin embargo, es difícil que un hombre esté bajo la influencia de este
espíritu durante mucho tiempo, porque necesita un espíritu de Acab para
mantenerse vivo. Por el contrario, el espíritu de Jezabel opera,
comúnmente, a través de mujeres, que usan el atractivo y la seducción de
este espíritu para lograr sus objetivos.
Jesús
anhela liberarnos de lo que nos aprisiona. Todos debemos mirar nuestro
pecado y el de los demás, con sinceridad, compasión y esperanza. En la
actualidad se necesita desesperadamente que alguien ministre a las
personas e iglesias que son oprimidas por este espíritu. Este es el
tiempo de que pastores y líderes, con valentía, pongan en acción la
gracia.
Tomado del libro: Desenmascarando al espíritu de Jezabel de Editorial Peniel.