La danza es mucho más que un simple conjunto de movimientos. Cuando
el objetivo es danzar para el Señor también es una forma de adoración
que refleja una actitud del corazón.
Así la danza
davídica proviene precisamente de las raíces del cristianismo. Ya en el
antiguo testamento se dan a conocer una serie de episodios donde está
presente algún tipo de danza como una expresión de las emociones y
convicciones del hombre frente al Creador.
En el
antiguo testamento (2 S 6:14,21) encontramos como la danza fue utilizada
como un medio para atraer la presencia del Señor en medio de su pueblo.
Al igual que en éxodo 15: 20-21, podemos observar como este medio de
adoración desató el gozo del pueblo de Dios. Otros casos están presentes
en Jer 31:4, Sal 149:3, Sal 150:4
Aunque la danza es
una forma de veneración que data desde los comienzos de la relación de
Dios con el hombre, podemos ver etapas de la historia del cristianismo
donde este modo de adoración estuvo en silencio en las iglesias. Sin
embargo, en estos tiempos el Señor ha comenzado un proceso de
restauración de la danza en distintas congregaciones de todo el mundo.
Una danza con significado y poder
La
diferencia entre la danza dedicada al Señor y un baile cualquiera, es
que la primera forma de expresión tiene el objeto de agradar el corazón
de Dios, de establecer un vinculo con él en la esfera espiritual. En
cambio la segunda actitud tiene por finalidad agradar a otra persona y
por eso generalmente se dan entre dos sujetos y tiene un componente
erótico.
La danza no tiene patrones absolutamente
rígidos, ya que es una expresión del corazón del hombre, que desata
precisamente el fluir del Espíritu Santo. Mover los pies o el resto del
cuerpo en forma rítmica -generalmente al son de la música-, dar vueltas,
saltar, etc., son modalidades de la danza.
¿ Qué es la DANZA Davídica?
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