UNA PELIGROSA TRADICION



El 31 de octubre se celebra Halloween, una fiesta tradicional de los pueblos nórdicos; para los cristianos es una celebración pagana que esconde ritos satánicos. Es un día de fiesta disfrazado, y si le quitamos la máscara encontraremos cosas difíciles de creer en cuanto a una diversión sana se refiere.

Satanás es padre de mentira y ha logrado engañar a la gente con el verdadero sentido de su celebración. En 2 Corintios 11:14 La Biblia nos enseña que “No es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz”. En los países nórdicos Hallowen es considerada como una época de diversión; se presta para gozar, disfrutar de una fiesta de amigos, participar en concurso de disfraces; es la oportunidad de convertirse en brujas, fantasmas, pitufos, duendes, aunque sea por una noche de oportunidad única en todo el año, para tocar las puertas de personas desconocidas y pedirles dulces y frutas.
Los más audaces visitan casas encantadas, otros ven películas de terror, y otros inclusive visitan a media noche cementerios o reuniones espiritistas, con la intención de contactar con los espíritus de los muertos. Las escuelas públicas son uno de los grandes promotores. Los comerciantes aprovechan esta fecha para lanzar al mercado ofertas de confites con mensajes alusivos al ocultismo.

El veinte por ciento de las películas son de terror. Muchos afirman que es ciencia ficción, pero algunos de ellos contratan satanistas para que les ayuden a reproducir auténticamente los ritos, ceremonias, maldiciones y sacrificios, que se muestran en estas películas. El fruto de todo esto se ve reflejado en el comportamiento de algunos adolescentes, que han cometido crímenes en conexión con el satanismo.

¿Cómo se originó?
El Halloween es una tradición europea, y se le atribuía a los celtas quienes poblaban la antigua Inglaterra, Irlanda y el norte de Francia; estos pueblos celebraban en el último día de octubre, el fin de año con el festival de Samhain a quien consideraban como “el señor de la muerte”. Los celtas creían que el Samhain permitía a las almas de los muertos que regresaran a sus casas en esa noche, y pensaban que demonios, fantasmas y gatos negros deambulaban por todas partes.

Durante el festival de los druidas –quienes eran sacerdotes y maestros de los celtas– se ordenaba a los pobladores que encendieran una fogata en sus casas, entre tanto que ellos encendían otra gigantesca en lo alto de las colinas.

En 1717 se reunieron todos los druidas de Europa para inaugurar de nuevo el druidismo. Entre ellos existían los llamados “covens”, que eran doce brujas y un sacerdote, los cuales tenían la creencia de adorar a Baal –rey de los demonios de este–. A lo largo de la celebración algunas personas se vestían con disfraces hechos con pieles y cabezas de animales sacrificados. También se cree que obtenían sus sacrificios de los mismos pobladores del lugar.

Se dice que recorrían casa por casa pidiendo un niño o una virgen para quemarlo en la gran fogata, y los sacerdotes dejaban una fruta con una vela en su interior para prevenir que los demonios entraran y mataran a quienes habitaban ahí; a esto se le consideraba un trato. Si la familia se negaba a satisfacer la demanda, entonces los sacerdotes marcaban la puerta de la casa, y esa noche Satanás tenía entrada libre para destruirlos; esto era conocido como “la treta” en contraposición con “el trato”.

Ese tiempo era considerado idóneo para complacer y reconciliar a los poderes sobrenaturales que creían que dominaban la naturaleza, y se pensaba que no existía mejor época en todo el año para practicar la adivinación y la hechicería. La tradición celta entró con mayor fuerza en el siglo octavo, cuando la iglesia católica romana estableció el primero de noviembre como el día de todos los santos. Así la noche anterior se realizaba el festival de Samhain, por eso a esta noche se le empezó a denominar “noche de todos los santos”. Se celebraba originalmente en mayo, pero a finales del siglo IX se pasó al primero de noviembre para contrarrestar la fiesta pagana, aunque a la víspera del 31 de octubre se le llamaba víspera de los fieles difuntos.

La palabra Halloween surgió después de que la iglesia católica sometiera esta fecha a la cristiandad (All Hallows Eve, All Hallows Day). Se cree que de ahí se derivó la palabra Halloween que se utiliza para referirse a esta costumbre. Lo que en realidad en el fondo podemos decir, y que lo oculto de esto es: “Sea Satanás reverenciado o enaltecido”.

¿Cuál es su propósito actual?
A luz de este repaso histórico examinaremos actividades y prácticas actuales asociadas a este día de las brujas:

• La fecha del 31 de octubre, es una fiesta pagana, durante la cual se practicaba mucho más que la adivinación, según se ha expuesto.

• Las máscaras y los disfraces son usados para ocultar la verdadera identidad de los niños, quienes son obligados a salir y copiar los actos de trampería y de hostigamiento, previamente atribuidos a hadas, brujas y duendes.

• El simple trato es una exigencia de contribución de alimentos, lo cual está claramente relacionado con las exigencias de los druidas.

• Los posters comprados o dibujados por los niños con brujas sobre escobas pasando al frente de la Luna, muestran a estos seres en camino a un culto especial de Satanás.

• Las calabazas talladas con el rostro de una persona están relacionadas con las máscaras de muerte utilizadas por los druidas durante el Samhain. La luz que se coloca para iluminar por dentro era para iluminar el camino, para disuadir a los espíritus que vinieran a asustar a los cansados caminantes.

• Todo el concepto detrás del día de las brujas está relacionado con las tinieblas, la muerte, el temor, el engaño, los ritos paganos y el satanismo. “El ladrón no vino sino para hurtar, matar y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que tengan en abundancia” (Juan 10:10), dijo Jesús.

Significado de la simbología de Halloween.
Las prácticas tradicionales asociadas al día de Halloween pueden ser fácilmente identificadas con el ocultismo.

• La jack o´lantern –una linterna construida con una vela dentro de una calabaza vacía– procede del cuento de un personaje llamado Jack, a quien no se le permitió entrar ni al cielo ni al infierno. Condenado a vagar por la Tierra como un espectro, Jack metió un carbón encendido en un nabo hueco, para alumbrarse el camino por la noche. Este talismán –que después se transformó en calabaza– simbolizaba un ánima condenada.

• Los colores anaranjado y negro también pueden remontarse a creencias ocultistas. Iban ligados a misas conmemorativas por los difuntos, que se celebraba en noviembre. Las velas de cera de abeja sin blanquear, que se usaban en la ceremonia, eran anaranjadas, y los féretros ceremoniales se cubrían con una tela negra.

Otros nexos evidentes entre Halloween y el ocultismo son los siguientes:

• Lámparas dentro de calabazas: representan imágenes demoníacas.

• Media Luna: representa la magia.

• Manzanas: para adivinar suertes.

• Murciélagos y lechuzas: asociadas a la creencia de comunicación con los muertos.

• Fantasmas y duendes: mensajeros privilegiados “especiales” para transitar entre los paganos.

• Gato negro: reencarnación de los muertos malvados. • Pentagrama con un círculo: símbolo de protección.

• Escobas: ejercitan la energía liberada.

• Esqueletos: abundan entre el anochecer y las tinieblas de Halloween.

• Estrella de cinco picos con media luna: representa la magia.

• Los disfraces de Halloween: podrían proceder de la idea de los druidas célticos, según se cree; los participantes en una ceremonia usaban cabezas y pieles de animales para adquirir la fuerza del animal que representaban.

• La costumbre de “treta” o “trato”: proviene de la tradición irlandesa en que un hombre conducía una procesión para recoger contribuciones de los labradores, para que los cultivos no quedaran malditos por los demonios.

• Pescar manzanas en un tonel con agua: viene de una antigua práctica de adivinación del futuro. El participante que lograba agarrar una manzana con los dientes, podía contar con que le saldría bien su romance con la persona de su elección.

• Las avellanas: se usaban para la adivinación de asuntos amorosos.

• Algunas golosinas de Halloween tenían objetos adentro, que servían para adivinar el futuro.

Halloween tiene otros aspectos negativos, además de su trasfondo pagano en la brujería y su énfasis en el diablo y la oscuridad. Hay vándalos a quienes les interesa más el cometer fechorías que el recibir golosinas. A muchos padres de familia les preocupa que algún delincuente reparta dulces envenenados o golosinas que contienen alfileres y navajas.

También está el peligro de que los conductores de autos no vean a los niños disfrazados que caminan por calles oscuras. Esos vínculos con el mal no sugieren que cualquier padre o madre que permite las celebraciones de Halloween esté colaborando con el diablo. Pero sería muy difícil encontrarle a Halloween alguna virtud positiva. Su simbolismo incluye demonios, fantasmas, muerte, tinieblas, esqueletos, miedo y terror.

Estas prácticas son condenadas por Dios.
La brujería y la hechicería eran castigadas con la muerte (Éxodo 22:18).El comunicarse con los espíritus bloquea nuestra comunión con el Señor (Levítico 20:6).Todos los que acudieron a los mediums fueron descartados del pueblo (Levítico 20:6).Es una obra de la carne (Gálatas 5:21).

En cuanto a Halloween, Dios nos ordena que no nos contaminemos con estas prácticas propias de gentes paganas. Él aborrece que sus hijos participen de fiestas que no glorifican su nombre, y en el Halloween en ningún momento se hace énfasis en algo positivo, solo se glorifica a la muerte y todo símbolo de tipo satánico.

Respecto al Día de los muertos, Dios establece que el hombre muere una vez y después de esto viene el juicio. Cuando se celebra el día de los muertos, realmente no es para esos seres queridos que han muerto, sino para el “dios de la muerte”, y Dios dice que Él ya venció a la muerte por la resurrección de su Hijo Jesucristo. La Biblia afirma que en la tumba solo está el polvo, pero el espíritu de la persona vuelve a Dios y no regresará sino hasta el día del juicio final. Esta celebración tiene estrecha relación con el Halloween; no es coincidencia que una fiesta esté seguida de la otra y que el énfasis de la muerte predomine en ambas.

Cuando el hombre trata de tener comunión con el Señor por otros medios utilizando más allá de sus cinco sentidos, entra en una dimensión sobrenatural y trasciende los límites de la misma. Entra en contacto con seres invisibles pero con personalidad, fuerza e inteligencia, que se mueven dentro y fuera de nuestra atmósfera, y que engañan al hombre aparentando servir a Dios.
De nosotros depende el ser luz para aquellos que están en tinieblas, cambiando esta costumbre por la verdad de Cristo Jesús. Para que esto suceda, nosotros tenemos la última palabra: “No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendidas” (Efesios 5:11).





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