Cuidar de los necesitados -




"BIENAVENTURADO EL QUE PIENSA EN EL POBRE..." (Salmo 41:1)

 

Una de las excusas más habituales para justificar el no dar a los necesitados es 'Yo he tenido que trabajar para conseguir lo que tengo; que lo hagan ellos también'. Es verdad, la Biblia nos enseña que si no trabajas no deberías esperar ayuda (2 Tesalonicenses 3:10). ¿Pero sabías que: 
1) seis millones de niños menores de cinco años mueren todos los años de hambre?; 
2) una de cada seis personas en el mundo va a la cama hambrienta todas las noches?; 
3) los tres hombres más ricos del planeta tienen más riqueza entre ellos que el conjunto del Producto Nacional Bruto de los cuarenta y ocho países más pobres del mundo? 

El general Booth, fundador del Ejército de Salvación, dijo: '¿Cómo puedes convencer a alguien del amor de Dios si sus pies están helados de frío?' Si tus oraciones no están siendo contestadas, es algo a considerar.


Los israelitas ayunaban y oraban, y luego se quejaban de que Dios no respondía a sus oraciones. Esto fue lo que el Señor les dijo: "¿No es más bien el ayuno que yo prefiero quitar las cadenas de injusticia... dejar libre al oprimido y romper todo yugo? ¿No es compartir tu alimento con el que tiene hambre y darle hospedaje en tu casa al pobre que no tiene dónde vivir? ¿No es dar de vestir al desnudo y dejar de esconderte de tus familiares? Entonces tu luz brillará como el amanecer... Así tú llamarás y el Señor responderá. Gritarás pidiendo ayuda y Él te dirá: "Aquí estoy" (Isaías 58:6-9 BLP). Cuando haces algo por los necesitados el Señor promete que "...en el día malo [te] librará..." (Salmo 41:1) y eso es algo con lo que puedes contar.


fuente: La Palabra para Hoy

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