Sé una mujer con luz propia, caminar con el favor de Dios te distinguirá del resto.


“Porque yo tengo pensamientos de bien y no de mal para ustedes para darles el fin que esperan”.
 Dios dijo: “y no de mal” porque ellos pensaban que les iba a ir mal. Si pensamos así, lo más probable es que nos vaya mal, porque en  lo que más pienso es en lo que más crezco.
¿Qué tipo de mujer eres, hacia dónde diriges tus pensamientos cada día, te cuesta tomar decisiones?
Hay mujeres que no toman decisiones, porque otros las toman por ellas
Noemí
Vivía en la ciudad de Belén que significa “casa de pan” símbolo de prosperidad, pero un día hubo hambre en aquel lugar y la familia de Noemí cometió el error de irse de la casa de pan a Moab, una ciudad maldecida. Su esposo Elimelec dijo “vamos por un tiempito” y se quedaron a vivir, los dos hijos se casaron con moabitas y finalmente se murieron los tres hombres.
Dios había dicho: si obedecen serán bendecidos, iba a haber abundancia en todo, pero si desobedecen la maldición caerá sobre ustedes.
Actualmente no es así, porque la maldición nuestro Dios la cargó sobre su Hijo, él nos redimió de la maldición de la ley. Entonces, ¿cómo es ahora? Es sencillo:
Dios ama a todos, pero bendice a los que obedecen.
La Biblia, dice que Elimelec tomó la decisión de irse y su mujer no dijo nada, simplemente lo siguió, pero el matrimonio está hecho para que juntos lleguen a un acuerdo, siempre debe haber COMUNICACIÒN.
Podríamos pensar que como en aquel entonces la opinión de las mujeres no era tenida en cuenta, entonces no valía la pena hablar,  sin embargo hubo una mujer que demostró todo lo contrario.
Recordemos a Abigail, cuyo esposo Nabal que significa “necio”, intervino ante una amenaza de muerte para toda su gente. Ella al darse cuenta que su marido se lo había puesto en contra a David, el futuro rey de Israel, tomó la decisión de interceptarlo antes de que éste destruyera todo lo que tenía, le pidió disculpas y le llevó  la provisión que David necesitaba. Por eso él le dijo: “Bendita tú y bendito tu razonamiento” es como si hoy te dijeran:
 “realmente no tienes la cabeza de adorno, ere una mujer que piensa”.
Por eso:
Tienes que aprender a tomar tus propias decisiones, y no dejar que otros la tomen por ti, porque la dependencia te ata y no te permite avanzar en la vida.
Otras mujeres toman constantemente la decisión de mirar hacia el pasado
Orfa
Abrazó el pasado nuevamente, volvió a su pueblo y a sus dioses. Porque estaba mentalmente desocupada,  su mente estaba bloqueada. Pensar en cambios trae mucha angustia, por eso preferimos dejar la mente vacía y seguir haciendo lo mismo. Pensar que tu vida va de mal en peor, te trae angustia, pero no haces nada.
 Dios te dirá que sueltes la capacidad que te dio para revertir tu realidad.
El potencial lo podemos usar para bien o para mal, por eso podemos transformar nuestro día. Si decidimos que a pesar de lo que escuchemos, será un día bendecido, eso recibiremos. No aceptes la vida  como viene, esfuérzate.
Orfa prefirió volver a lo de antes, en vez de tomar las riendas de su propia vida e ir hacia adelante.
“Deja de querer que se repita tu pasado,  no hagas más de lo mismo, pudiendo hacer algo, ¡cambia la estrategia!
Pero hay otras mujeres que siempre toman la decisión de mirar hacia el futuro
Rut
Se asoció con Dios, se automotivó e hizo una declaración de fe:
Le dijo a su suegra: “no me pidas que te deje, tu Dios y las bendiciones de tu pueblo serán sobre mi vida, la gloria de Dios rodeará mi vida”: decretó que iba a aprender todo lo que fuera necesario.
Esto es abrir tu  mañana, es como si hoy dijeras: “mis hijos serán libres de la droga, mi marido no va a emborracharse más, el maltrato se va a terminar en mi familia”.
Fue un decreto de autoridad: “no me voy a morir por lo que me pasó”, ella ejerció autoridad sobre su vida.  Empezó juntando las espigas que otros dejaban caer, pero en el fondo de su corazón, sabía que un día, la bendición de Dios  la alcanzarìa.
Tienes que trabajar por tu sueño, ella no tuvo vergüenza, hoy probablemente estés “levantando las espigas que caen al suelo” pero mañana vas a ser ¡la dueña del campo!
Ella  primeramente se amparó bajo la sombra del Altísimo, y luego fue bendecida por un hombre que la amó y la tomó por esposa; ese hombre se llamaba Booz y es figura del Señor Jesucristo.
Mujer dile a Jesús: “Extiende sobre mí tus alas, como una mamá gallina, cúbreme Señor; quiero que me cubras con el borde de tu manto, porque “nadie me quiere comprar”; cuando es la hora de casarse, todos huyen.
Pero hoy Jesús te dice: “sólo yo te acepto con tu pasado y con tus heridas”. Rut no solo quedó incorporada al pueblo de Dios, sino, más sorprendentemente aún, a la estirpe misma de la monarquía davídica. ¿Sabes por qué? porque en el fondo de su corazón ¡ella sabía que era una reina!

Autora: Silvia Truffa

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