CONSAGRARSE A DIOS

TEXTO REFERENCIA: 1 Samuel 2:35 y cap. 3

Dios te creo no para ser uno más del montón, sino para marcar la diferencia; pero para desarrollar el propósito con el cual fuiste creado, tú necesitas consagrarte al Señor, porque solo en Él encuentras la dirección. Esta consagración es la que te permite que tus sueños pasen de la mente a la realidad. Si quieres consagrarte a Dios, si te decides a consagrarte, tienes que caer en cuenta que la consagración no es algo fácil; es necesario esforzarse para consagrarse. Eli fue un hombre que servía a Dios pero no se esforzó por consagrarse y eso lo llevo a él y a sus hijos a la muerte; por contraparte, vemos a un joven Samuel apasionado por Dios; un joven que había sido consagrado desde antes de su nacimiento y por causa de esa consagración pudo cumplir el propósito que Dios trazó para su vida. Ahora, hay tres puntos que tienes que tener en cuenta para tu vida:

1. Ser consciente de tu llamado. Samuel aunque quería servir a Dios no era consciente de su llamado, él creía que se trataba de un llamado humano y realmente era un llamado de parte de Dios; lo mismo sucede cuando el pastor comparte un mensaje y resulta que este mensaje habla sobre una misión que Dios te había encomendado y tu no habías hecho. Cuando eres consciente de tu llamado, con libertad te dispondrás para servirle al Señor.

2. Enfócate. No puedes depender de otros para hacer la obra de Dios, nadie tiene porque estar empujándote para hacer la obra porque para eso Dios ha colocado su Espíritu sobre ti; identifica que sirve y que no sirve y cambia tu manera de vivir; hay ciertos entretenimientos que no aportan nada a tu consagración y lo mejor es sacar eso de tu vida. Hay noviazgos y amistades que no te aportan en nada a tu consagración.

3. Sea estable en el lugar donde Dios lo colocó. Samuel estaba en el mismo lugar donde estaba el arca del Señor. Tú también debes estar en el lugar apropiado, no fuera de la cobertura de Dios. No puedes ser inestable en ningún área de tu vida. No puedes irte de la Iglesia por diferencias con otras personas o por una disciplina: mientras tu Iglesia esté cimentada en una sana doctrina, tú debes permanecerte fiel.

4. Lo que hagas para Dios, disfrútalo. Tienes que aprender a disfrutar cada una de las cosas que haces para Dios. Viva cada día como si fuera el último; disfrute a su familia, disfrute a sus amigos (las sanas amistades), el ministerio, el servicio en la Iglesia, la alabanza, etc. Samuel se consagró para Dios y todas las promesas que Dios le hizo se cumplieron en su tiempo. Si tú decides consagrarte, lo mismo te va a pasar: el Señor te ha prometido la salvación de tu familia, Él desea que prosperes, te prometió que nunca te va a abandonar, que estará contigo todos los días de tu vida y si te consagras todas esas promesas se van a hacer realidad en tu vida.


POR: PR JHON MILTON RODRIGUEZ

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