Jovencita conservate pura


Guárdate para tu Esposo!
Lo que sigue es un testimonio de la vida real 
(Los nombres usados son ficticios) Sandra, fue una jovencita común y corriente y vivía una vida normal como la mayoría de los jóvenes de su edad. A los trece años se sintió atraída por Jerry, un joven de quince el cual le correspondía igualmente. Por un tiempo tuvieron una amistad tan pura y hermosa que solamente se dispuso a ceder que éste le tomara las manos con amor y ternura. El tiempo pasó y esa relación de niños terminó tal y como comenzó sin dejar huella alguna de tristeza ni sinsabor.
Al cabo del tiempo, más adelante en la adolescencia, otro joven, Matt,  puso su mirada en ella y comenzaron un noviazgo, atraídos ambos por un sentimiento de amor. En una ocasión, habiendo disfrutado de una fiesta con amistades y familiares, un amigo de ambos se ofreció a llevarlos a cada uno a su casa juntamente con otra pareja, Sally y Carlos. El "buen" amigo se hizo el gracioso y desvió su ruta hacia otro lugar, saliéndose de las inmediaciones de la ciudad para propiciar entre ambas parejas un momento de "esparcimiento" en la carretera. Sally y Carlos, aprovechando la ocasión, comenzaron a prodigarse su "amor" sin reparo alguno. Matt besó a Sandra en la mejilla y quiso besar su boca ... y ¿saben qué? Esto provocó que esa relación terminara. Sandra no estuvo dispuesta a permitir que en esas condiciones y en ese lugar y de esa manera Matt la besara. Se respetaba demasiado a sí misma por lo que no estuvo dispuesta a cederse ni un ápice. Más tarde Matt la llamó para disculparse, pero ya era demasiado tarde, Sandra había sufrido una desilusión muy grande por el comportamiento de Matt y el mal, pobre y triste ejemplo de Carlos y Sally.
Quiero hacer claro que Sandra no conocía al Señor JESUS aún, pero tenía temor de Dios y estimación y respeto por sí misma y por su familia. En su corazón estaba bien grabada la firme decisión y determinación que tomó un día, de que su cuerpo sería tocado solo y exclusivamente por el hombre que algún día sería su esposo. Se lo propuso y lo logró porque era el anhelo de su corazón. Se valoraba muy alto para permitir que cualquier atrevido fuera a robarle lo que para ella era su mayor tesoro, su castidad.
Llegó el día de su boda, el momento con el que sueña y anhela toda joven; se casó ante el altar de la Iglesia con traje blanco, color que simboliza la pureza, y que en su caso fue una realidad, no falsedad ni engaño. Solo un hombre la ha tocado, su esposo, y es con mucho orgullo que lo testifica pues el haberse guardado única y exclusivamente para su marido le ha resultado en muchas y ricas bendiciones. No tiene nada de qué avergonzarse y vive agradeciéndole a Dios toda la vida el que la haya guardado
Jovencita ... no tengas en poco, lo que para Dios es de mucho valor. Consérvate pura y podrás, en su tiempo, disfrutar plenamente de los momentos más sublimes y hermosos con el hombre que Dios ponga en tu camino para que sea tu marido; sin vergüenza, sin sentimientos de culpa, ni malos recuerdos que empañen tu vida. No dañes ni estropees tu futuro cuyo éxito y bienestar depende, en gran medida,  de tu cordura y prudencia de ahora. No te dejes impresionar por lo que te digan algunas "amistades" ni trates de imitar a la mayoría cuyos valores de vida están muy por debajo de lo que tú te mereces. Dispón en tu mente y corazón el ser diferente, aunque tengas que enfrentar situaciones difíciles por no querer seguir la corriente y querer permanecer a la altura de lo que Dios demanda de tí. Al final tú saldrás ganando y tendrás tu recompensa y el resto tendrá que aceptar, demasiado tarde y sin remedio, que  ellas y ellos eran los que estaban bien mal. Jugaron con fuego y se llegaron a quemar, y sabe Dios cuántas horribles consecuencias tendrán que enfrentar. ¡No te dejes engañar!
Crea conciencia de que debes de guardarte, estimarte, valorarte y protegerte con mucho celo y preocupación en el presente. Se lo agradecerás a Dios y te sentirás feliz contigo misma. Estarás desde ahora estableciendo el fundamento de un futuro hogar en el orden de Dios, del cual, tu esposo y los hijos que tengas se sentirán orgullosos y agradecidos.
NO TE ARREPENTIRAS.
"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes de que vengan los día malos, y lleguen los años
de los cuales digas No tengo en ellos contentamiento"
"El fin de todo discurso oído es este:
Teme a Dios,  y guarda sus mandamientos;  porque esto es
el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio,
juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala."

Eclesiastés 12:1, 13-14

Enviado por Andrea Ramírez

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS