Si
hiciéramos una lista de hombres y mujeres a quienes Dios ha honrado,
¿quiénes vendrían a nuestra mente? Moisés, los profetas, los apóstoles y
misioneros que han dado sus vidas por el Señor. ¿Y qué de aquella mujer
que entregó a su propio hijo? Su nombre fue Ana.
Ana
tenía un problema. Era estéril. Y te preguntaras, ¿porque Ana era
estéril? “El Señor había cerrado su matriz” (1 Samuel 1:5-6). No fue un
accidente de la naturaleza, Dios estaba directamente involucrado. No hay
ninguna indicación que él haya causado esa esterilidad como una
consecuencia de un pecado en su vida, todo lo contrario ella parece
haber sido una muy buena mujer. Entonces, ¿por qué Dios cerró la matriz
de Ana?
La
respuesta “aparente” es que Dios no quería que ella tuviera hijos, pero
en realidad él cerró la matriz de Ana para que ella pudiera tener un
hijo, un hijo nacido de su dependencia de Dios…de su ¡clamor!
Así
es como a menudo Dios trabaja. Dios quería que Ana se decidiera a
buscarlo en Oración y ahí es precisamente donde Dios nos quiere; Ningún
problema es demasiado grande para Dios.
Tenemos
una elección….Podemos encogernos de hombros y decidir vivir con el
problema o podemos reconocer que el problema es una oportunidad para que
Dios muestre su poder a nuestro favor. Es una grandiosa oportunidad
para conocer al Dios que nosotros le servimos.
Cuando
la gente tiene problemas por lo general se queja, inspira lastima, se
pone iracundo, ansioso. Pero Dios nos muestra un camino maravilloso a
través de esta mujer.
El
problema de Ana la llevó a orar. (1 Samuel 1:10, 15, 16). Su respuesta
no fue automática. Pasó mucho tiempo y tuvo que aguantar muchas burlas
de Penina (la otra mujer) la cual le había dado hijos a su marido. Que
triste estaba Ana.
Pero
Ana acepto el reto. No se cogió mas pena. Decidió traer la situación
ante el Dios Todopoderoso para que el obrara el milagro e hizo voto a
Jehová. ¡Y Dios escucho la oración de su sierva!
Y
al fin le nació un hijo a Ana. Su nombre, Samuel al cual ella entrego
al servicio de Dios. No fue un niño cualquiera. Fue primer profeta de
Israel y el cual sirvió para que la “llama de Dios” no se apagara en una
época tan gris como la que vivió ese pueblo. Samuel tuvo además el gran
privilegio de ungir al gran Rey David. Y dice la Biblia que ninguna de
las palabras de Samuel “cayeron a tierra”…
Y
todo esto porque su madre acepto el reto de Dios. ¿Que vas a hacer con
tu problema? ¿Te darás por vencida? Dios honro la fe de Ana y también
esta dispuesto a honrar la tuya si te decides a hacer la parte que te
corresponde…..recuerda que de ¡Dios es el Poder!
Autora: Lucy Carmona