Frenesí, inquietud y aprensión,
a veces nos vence la rabia y el ardor.
¿Le temes al Salvador?
No te aflijas que tenemos la adoración
y también ese gran ofrecimiento,
que Dios nos obsequió.
Aunque todo quede en lobregueces
y ni un fucilazo de luz veas a tu alrededor,
no pierdas la confianza que allí con nosotros
estará nuestro Libertador.
No temas y adóralo,
clámale y ponlo incipiente a Él.
Veras que su gentileza te escogerá a ti hermano,
porque eres fiel a su prescripción.
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Autor: Jimmy Baez Jusino
SU PRESCRIPCION
Etiquetas:
Poesía Cristiana