Romanos 4:16c
... para toda su descendencia-
Pensamientos del Día:
¿Ha jugado usted alguna vez al juego de Monopolio? Usted felizmente hace rodar los dados, luego marcha alrededor del tablero cobrando $ 200,00 cada vez que usted hace una jugada. Hasta que aterriza en un cuadro de la suerte y la tarjeta que toma dice: "Vaya directamente a la cárcel. No haga más jugada. No cobre $ 200,00" . Y allí usted se sienta - esperando lo que parece toda una eternidad intentando jugar dobles para salir de la cárcel - mientras que el resto de los jugadores se ríen y corren alrededor de del tablero comprando todos los bienes inmuebles.
Esto se parece un poquito a la vida. ¿Cómo es eso? Porque las rupturas que nos ocurren o no, pueden tener mucho que ver con nuestro éxito en la vida. Podríamos todos comenzar de igual manera - como la vida creada en la matriz de nuestra madre, pero desde allí pareciera que el azar se impone. El rodar de los dados: ¿nace el bebé en el sistema de clases Hindú de la India, o con un fondo financiero multi-millonario en los Estados Unidos? Las oportunidades disponibles y el nivel de vida apenas parecen iguales - o justo.
En nuestro pasaje de hoy, Pablo nos dice que nadie es condenado a la eternidad en "la cárcel" - sin tener en cuenta "la suerte" (o probable diseño divino) de nuestra ascendencia - somos todos descendientes de Abraham y por lo tanto herederos de las promesas de Dios a él. Nuestro lugar de nacimiento o linaje no importan. Somos iguales ante Dios. Y todos significa todos - ya sea nacido con una cuchara de plata en nuestra boca y una herencia cristiana, o un punto rojo en nuestra frente y en la cultura hindú - nada de eso importa para Dios.
Preguntas para Reflexionar:
¿Ha sentido usted alguna vez que lo que usted ha hecho, el lugar dónde nació, o hasta aquellos que vinieron antes de usted - le han hecho de alguna manera inelegible para heredar las promesas de Dios? O lo contrario: ¿siente usted que especialmente tiene derecho a recibir la gracia de Dios debido a los sacrificios hechos por sus antepasados? Cada uno de nosotros es igual ante Dios. Debemos tomar todos la decisión de creer la promesa de Dios o rechazarle. ¿Cuál será su elección hoy?