¿Busca usted un Cambio Radical en el Deseo?


Romanos 6:12-14

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus apetitos; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.

Pensamientos del Día:

Hace poco yo aconsejaba a un joven que había sido atrapado recientemente robando en una tienda. Le pregunté: " ¿Entonces, por qué lo hiciste? Tenías suficiente dinero en tu bolsillo para comprarlo." Después de varios minutos pensando, el joven me contestó francamente: "sólo lo quería - y lo tomé. No pensé que me traparían." Y entonces tenemos la gran explicación de la vida pecaminosa desde el inicio de los tiempos - expresado en las palabras de un adolescente: "lo quería, así que lo tomé."

Usted pensará "Caramba, tiene que ser más complicado que esto. Realmente tengo verdaderas razones para pecar". Yo digo "Ah sí, ¿como cuáles?" Comencemos la lista: "Sufrí abuso cuando niño; estoy enojado o deprimido; perdí mi trabajo; mi novia me dejó; crecí sin un padre (o madre); se metían conmigo en la escuela secundaria; era gordo de jovencito, etc." Se da cuenta hacia dónde va esto? El adolescente no había aprendido aún que lo que estaba mal en él era culpa de alguien más.

En efecto sabemos la verdadera razón por la cual hacemos lo malo- pecado - claro y simple. ¿Así que, cuál es la solución? Pablo nos dice en nuestro pasaje de hoy que es igualmente sencilla: "no obedezca los malos deseos del pecado." ¿Cómo? Ofreciéndonos a Dios como instrumentos de justicia.

Preguntas para Reflexionar:

¿Quiere usted una aplicación práctica? Aquí está una: la próxima vez que usted esté a punto de ceder ante el chisme, perder la calma, o ponerse celoso - deténgase y ore "Señor, entiendo que ya no tengo que ceder ante esto porque el viejo hombre de pecado fue crucificado con Jesús. Señor, por favor bendice los minutos siguientes. Haz que yo te honre. Me doy a tí ahora." Cuando usted seriamente hace esta oración, prepárese para que su humor y su deseo sean radicalmente transformados.


fuente: La Liga del Testamento de Bolsillo

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