HACER TODO SOLO PARA DIOS

Texto Bíblico: 1 de Corintios 8


Pablo como buen maestro de la Palabra, al enseñar sobre algún tema en particular, trataba de que no sólo estuviese claro, sino que establecía comparaciones entre lo bueno y lo malo de una acción o característica en particular, con el fin de que las personas tomaran la decisión correcta y lo hicieran a conciencia.

Comienza por establecer la diferencia entre el conocimiento y el amor, su conclusión es que mientras el conocimiento envanece, es decir enorgullece a la persona, el amor en cambio edifica, le ayuda en su crecimiento como tal.

Era costumbre en esta ciudad portuaria –Corinto-, ofrecer a sus ídolos, todo tipo de alimentos y –según ellos- los consagraban a sus diferentes dioses, para recibir la prosperidad; por esta razón, Pablo desvirtúa esta práctica y les recalca, que sólo hay un Dios verdadero; esta enseñanza debía ser muy clara, como quiera que Corinto, era el asiento de tantas creencias, fetiches y cultos idolátricos.

Pablo expresa que para el pueblo cristiano –nosotros, dice-, sólo existe un solo Dios, Todopoderoso y Soberano, el Padre del cual procede todo y que sólo a Él, nos debemos y de igual forma dice, “nosotros somos para Dios”; como quien dice, entiendan que todo lo que hay, incluidos hasta los mismos idólatras, son pertenencia de nuestro Dios.

Pablo quiere que este pueblo salga de esa terrible práctica, la idolatría; pero reconoce, que aún entre la naciente iglesia cristiana de Corinto, también existen idólatras, quizás por eso su énfasis en este capítulo, porque sin lugar a dudas esto le mortificaba grandemente al apóstol. Quiere hacerles entender a los que ya son cristianos, que deben tener cuidado con afectar a la gente a su alrededor, que de todos modos son personas débiles en la fe, por tanto, no es bueno que por congraciarse con los idólatras, los que ya conocen de Cristo, se sienten a comer de lo que ellos han sacrificado a sus ídolos.

Esta enseñanza, aplicada a nuestro tiempo equivale a decir que no tenemos porque hacernos como los incrédulos o pecadores, con el argumento de que es para que conozcan de Cristo, porque no es así, como ganamos a la gente para Cristo. Así que, es mejor que tengamos en cuenta, nuestro comportamiento de auténticos hijos de Dios, ni es negociable, ni debe ser para que alguien lo vea y se asombre, es para que las personas inconversas, o aún los cristianos débiles en la fe, se arrepientan y se consagren del todo a nuestro amado Dios.

Oremos a Dios, que tengamos muy en cuenta este capítulo, porque ídolo no es solamente una estatua de piedra o de madera, es todo aquello que trate de ocupar el puesto que sólo le pertenece a Dios en nuestra vida.

Por: Pastor Jhon Milton Rodriguez

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