Dale a Dios las "primicias" de tu tiempo

"...DEMANDARÉ VUESTRAS OFRENDAS Y LAS PRIMICIAS DE VUESTROS DONES" (Ezequiel 20:40)

 

 

En el Antiguo Testamento la primera parte de la cosecha era ofrecida Dios en gratitud. Así que cuando Él dice "...Demandaré vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones" (Ezequiel 20:40), significa que en lugar de acomodar a Dios en tu agenda apretada tienes que darle preferencia. Él quiere "las primicias", no las sobras. Un maestro bíblico  comentó al respecto: "He adquirido el hábito de comenzar cada día dando a Dios las primicias de mi tiempo. Me he dado cuenta de que no va bien la jornada si no lo hago. Así que todas las mañanas me tomo un café y todavía en pijama paso tiempo con Dios, lo suficiente hasta que siento que puedo comportarme bien ese día y caminar en el fruto del Espíritu. He aprendido a dar la mejor parte del día a Dios, cuando mi mente está fresca. Al dedicarle los primeros momentos de la mañana mi lista de actividades encaja bien en el resto de la jornada".

                 
No uses este tiempo especial con el Señor para meditar en tus problemas. Dispón tu corazón como el salmista: "¡Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos!" (Salmo 31:14-15). Fijémonos en las palabras "en tus manos están mis tiempos". Cada día trae sus alegrías, pruebas, desafíos y tentaciones. Por eso tienes que orar: 'Enséñame a depender de Ti en todo momento. Que mis pensamientos, actitudes, decisiones y acciones te glorifiquen'.


La Palabra para Hoy

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