Romanos 4:4
Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda.
Pensamientos del Día:
En
nuestro lavadero hay colgando un papel para Amanda (nuestra hija de
ocho años) que refleja sus varias responsabilidades domésticas. Esto no
sólo le sirve de recordatorio a ella de lo que debe hacer cada día
(arreglar su cama, cepillar y limpiar con hilo dental sus dientes, leer
durante treinta minutos, etc.), sino también como un sistema de la
recompensa por llevar a cabo cada tarea dentro del período de tiempo
determinado. Hasta donde Amanda entiende, el dinero que ella recibe como
concesión semanal o privilegio que gana - no es un regalo, es un
derecho - una obligación que le debemos por su trabajo y obediencia.
Este es el punto al que Pablo se refiere en nuestro pasaje hoy: Si un hombre trabaja - sus salarios no son un regalo, sino una obligación. Lo mismo se aplica a la justicia: Si nuestros esfuerzos (sea por la obediencia, sacrificio, etc.), fueran la razón de nuestra salvación, entonces Dios nos debería la salvación. Pero no es el caso. La justicia es un regalo de Dios - todo lo que debemos hacer es creerle.
Este es el punto al que Pablo se refiere en nuestro pasaje hoy: Si un hombre trabaja - sus salarios no son un regalo, sino una obligación. Lo mismo se aplica a la justicia: Si nuestros esfuerzos (sea por la obediencia, sacrificio, etc.), fueran la razón de nuestra salvación, entonces Dios nos debería la salvación. Pero no es el caso. La justicia es un regalo de Dios - todo lo que debemos hacer es creerle.
Preguntas para Reflexionar:
Muchos
cristianos sienten que entre más hacen, (sirven, oran, etc.) crearán en
Dios un deber hacia ellos. ¿Se ha sentido alguna vez así? Por ejemplo,
"oré durante tres horas esta mañana, Dios me debe algo realmente bueno
hoy." o, "hice esto para tí hoy ¿qué vas a hacer tú por mí?" Dios no nos
debe nada. Somos todos pecadores y merecemos el castigo por nuestras
transgresiones. Lo que hacemos en el nombre del Señor debería ser una
expresión de nuestro Amor hacia Él y gratitud por lo que Él ha hecho ya
por nosotros. Dios no es deudor de ningún hombre. ¿Tiene usted la
perspectiva correcta en las obras que hace para el Señor?