No
necesitas depender de otras personas para vivir una vida plena. Da un
paso de fe. Cualquiera que sea nuestra historia, por muy penosa y
dolorosa que sea, podemos creer que es algo finito (es decir, que tiene
un comienzo y un fin) y, como tal, queda bajo nuestro control el
efecto que producen las emociones relacionadas con ella. Para ser libre
de las cadenas de tus memorias, tendrás que enfrentar, reconocer y
narrarlas, y así lograrás hacer de ellas algo tangible y manejable.
Cuando
logras relatar tu historia, comienzas a dar pasos significativos en el
proceso que te llevará a gozar de una completa sanidad y restauración
emocional, mental y espiritual. La historia de todos comienza con el
nacimiento. Cortar el cordón umbilical es una de las primeras tareas
después que nace un bebé. El cordón provee toda la nutrición y sustento
que necesita un bebé en el vientre de su madre. Sin embargo, al nacer,
la criatura recibirá el alimento por sus propios medios. En un bebé
saludable, el proceso de comer y digerir es automático. No se le tiene
que enseñar a pedir el sustento. Pero, ¿qué sucedería si a un bebé se
le privara de aprender a comer por sí mismo? Sería algo triste y hasta
grotesco, ¿no crees?
Imagina que este cordón umbilical también representa algo emocional y
mental de la vida. Cortar el cordón umbilical es símbolo de dar
identidad y autonomía. Asegurar que el bebé pueda suplir sus
necesidades o que tenga bien establecida su identidad, es tarea
importante de los padres. Desgraciadamente, en muchos casos, los hijos
no han recibido las herramientas necesarias para "cortar" su cordón, y
viven dependiendo de otras personas. Viven con el cordón umbilical
conectado a lo que ellos piensan que es la fuente de su identidad y
seguridad. Nunca se les enseñó que son personas completas, sin
necesidad de recibir su valor de parte de los demás. Este tipo de
persona no puede funcionar fuera de la aprobación y el permiso de otra.
Existen muchas mujeres que han crecido con la noción de que el único
valor que pueden poseer es el que le asigne otra persona por medio de su
aceptación o acercamiento. Viven su vida a través de otros y para
complacer solamente a otros; nunca se les ha enseñado que ellas también
tienen necesidades como seres creados a la imagen de Dios.
Es importante llegar al punto de desear ser una persona completa e
identificar las situaciones y personas que han fomentado la idea
equivocada de la fuente de tu valor como mujer e hija de Dios. Se debe
provocar una separación de eso para disfrutar un proceso de sanidad
que, al principio, podrá ser algo muy difícil, pero después se volverá
algo muy liberador. Te podrás enfocar en los cambios que Dios quiere
lograr sin preocuparte por lo que piensan los demás. Lograrás
experimentar una libertad que terminará contagiando cada área de tu
vida. Se podría decir que este proceso es el mismo de cortar el cordón.
Puede ser una experiencia emocionante, debido a que, quizá por primera
vez en toda tu vida, podrás pensar en ti misma y en quién eres, sin
preocuparte por el "qué dirán". Serás libre para amarte y dar amor
incondicional. El proceso de la recuperación puede ser largo y difícil,
pero es lo que te traerá la paz que tanto anhelas. Acabará con el dolor
provocado por la desilusión que llega cuando las personas no hacen lo
que nosotros deseamos que hagan. Dios nos pide que confiemos en Él, en
su amor por nosotros y en que cumplirá cada una de sus promesas. Te
dice que no necesitas depender de otras personas para vivir una vida
plena. Da un paso de fe y experimenta la libertad que llegará a tu vida
cuando hayas cortado el cordón que te ha mantenido atada a tu pasado,
al temor, a la ansiedad, a la inseguridad. Atrévete a conectarte con el
amor seguro y eterno de nuestro Padre celestial.
Nolita W. de Theo . Vida CristianaEnviado por Nilda