La Biblia nos habla de una Mujer Cananea,
que tenía a su hija enferma, y cuando escucho que Jesús iba pasando por el
camino, salió corriendo tras de él gritando: – ¡Señor, Hijo de David, ten
compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!
Imagina tú la escena: …al escucharla Jesús y sus
discípulos gritar le esperaron y ella con cansancio, dolor en sus pies, pero
perseverante y con una Fé inmensa se acercaba cada vez mas a Jesús, pero Jesús
estaba en silencio y sus discípulos le dijeron, que se vaya, ya que gritando
viene tras nosotros y escucharla no queremos, y Jesús les responde a sus
discípulos: yo tan solo he venido a la casa de Israel hacia los perdidos
corderos.
A lo lejos creo que esta Madre angustiada escucho
algo del comentario que los discípulos le habían hecho a Jesús pero ella con
mayor humildad en su corazón se acerca a Jesús dice la escritura, que
se arrodilla diciéndole que le ayudará
Sabiendo ella y escuchado de personas que le habían
contado que Jesús tenia uncorazón lleno de amor y ella me imagino que le
dijo quiero que comprendas que la sola hija que tengo esta siendo atormenta, y
le rogaba la mujer cananea con gran fe para que sanara y liberara a su hijita.
Jesús le contestó:
–No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo
a los perros.
Ella le dijo:
–Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas
que caen de la mesa de sus amos.
Imagínate la humildad y fe de esta madre realmente
ella no vio mal el hecho de tomar unas migajas del poder de Nuestro Señor Jesús
porque ella sabía y confiaba que su poder era grande, infinito era inmenso y su
fe fue probada y aprobada.
Entonces le dijo Jesús:
– ¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres.
Y desde ese mismo momento su hija quedó sana.
Mateo 15:26-28
En ocasiones cuando nosotros los niñitos nos enfermamos
vemos a nuestras madres arrodilladas a la orilla de nuestra cama y clamando a
nuestro Padre de Gloria, y Dios ve sus corazones y conoce su fe y
nosotros sanamos y la Gloria de Dios se ve manifestada en nuestras vidas y
sabemos que el Amor de una Madre es inmenso, ahora piensa un solo momento, cuan
Grande es aun el amor de Dios para con nosotros.
Solo déjame decirte que tienes un tesoro una
bendición grande al tener una mujer que clama por ti, bendícela en el Precioso
nombre de Cristo Jesús, Hónrala como manda la escritura, cuídala, obedece y
escucha sus consejos.
Porque digo Mujer, ya que unos tenemos el privilegio
de tener una Mamá, otros una Hermosa Abuelita, Una Linda Tía, Una Hermana, u
otra persona que Dios ha puesto para que nos cuide ya que todos tenemos un
Ángel que Dios mando quien hace ese hermoso papel de Mamá ya que por diferentes
circunstancias de la vida tenemos diferentes privilegios de que hayan en el
mundo personas que nos amen y nos quieran y lo mas Maravilloso es que tenemos a
Dios con nosotros, y el nunca nos deja.
En el Amor del Señor Jesús.
ENVIADO POR NUESTRA HERMANA SONIA JUDITH RIVERA